Será clave para el futuro del presente gobierno, el desenlace  que pueda tener la correcta acción del Procurador General de la República, con la que ordena revocar el auto a favor de Félix Bautista, mediante el cual se pretende archivar las investigaciones en su contra por diversas acciones dolosas que éste habría cometido y de cómo el Presiente enfrente los escandalosas  y vergonzosas pensiones de funcionarios del pasado gobierno y confirmados en el presente.

El procurador ha sido enfático al decir que el referido auto, de cara al futuro, se presta a garantizar la impunidad a cualquier funcionario. Pero Bautista no es un funcionario cualquiera, es el Secretario de Organización del PLD, uno de los más cercanos e influyente socio/colaborador de Fernández. Fue el primero en anunciar la inclusión de la candidatura vicepresidencia de Margarita Cedeño en la boleta de ese partido en la pasada contienda electoral, por lo que si la mano de  la justicia lo alcanza, por vía de consecuencia también tendría que hacerlo con los demás miembros del partido que del Estado han hecho una cosa nostra.

La acción del Procurador ha sido rápida y agresivamente enfrentada por algunos abogados defensores de las peores causas en este país, encabezados por el nefasto Gran Simulador, por algunos voceros-bocinas del anterior  y del presente gobierno y por otros miembros de la cosa nostra, versión dominicana. Si el procurador persiste y acentúa su posición provocaría el inicio de una lucha sin cuartel entre el pequeño grupo que dentro del PLD en verdad quisiera “hacer lo que nunca se ha hecho” y el hasta ahora grupo mayoritario de ese partido.

Ante los primeros ataques de la punta de lanza de ese grupo, el Procurador ha reafirmado su voluntad de abrir otras investigaciones. No teniendo nada que perder y sí un mundo que ganar, ha planteado una disyuntiva de cuya solución dependerá no solamente su futuro político, sino el futuro inmediato de las posibilidades del presente gobierno de agenciarse un mínimo de aceptación para lograr su principal meta: el pacto por una reforma fiscal.

La acción del Procurador, que ciertamente es política sin dejar de ser justa y legítima, ha coincidido con la denuncia de las escandalosas pensiones auto otorgadas por varios funcionarios del Estado, algunas con montos mayores que  la asignada al incontrolable Contralor. De esa manera, los temas de la justicia y de la denuncia del sistema de privilegios entronizado básicamente en el pasado gobierno, se sitúan como los principales del momento, más que el de la reforma fiscal, al tiempo de constituirse en la primera oportunidad para que el Presidente dé señales sustanciales de que realmente quiere hacer un gobierno de acuerdo a sus íntimas convicciones.  El emplazamiento que hacen a Medina los defensores de la estructura clientelar/mafiosa creada en la anterior administración para que le ponga freno a esa o cualquier acción del Procurador, constituye un enfrentamiento a los sectores del país que expresan su apoyo al Procurador y un  desafío al Presidente.  De cómo éste maneje la coyuntura recién creada, dependerá la suerte que puedan las iniciativas de gobierno que en lo inmediato debe tomar e impulsar.