Para muchos, el nombre de Francisco Altagracia Geraldino no es conocido por los predios del Centro Olímpico Juan Pablo Duarte. Pero si usted menciona a Chapea, de seguro que los veteranos deportistas le conocen, pues fue el primer obrero que tomó rastrillo y machete en manos, para iniciar los trabajos en el año 1966, para que la juventud disfrute de una de las principales instalaciones deportivas del área.
Chapea, a quien la edad lo mantiene retirado de lo que siempre le gustó, pues narra con nostalgia su labor limpiando el enorme terreno que daría paso al Centro Deportivo Metropolitano, que luego recibió el nombre del Padre de la Patria.
Recuerda que el 6 de noviembre de 1966, se encontraba limpiando zapatos, además una pequeña fábrica de velas en un patio, cuando recibió la invitación de Juan Ulises García Saleta (Wiche), para que le acompañara en la tarea de construir un centro deportivo para la juventud.
Soy el único sobreviviente de la epopeya del 1966 y me siento orgullo de servirle a mi país en especial a la juventud, manifestó.
Con 84 años, ya no tiene fuerza para trabajar, razón por la cual fue pensionado en la secretaría de Deportes, con 8,500 pesos, dinero que le sirve para su alimentación. Tengo una casita en Chavón, Los Alcarrizos que construí con la ayuda de los amigos, dijo. Manifestó a redactores de Hoy que cuando visita el Centro Olímpico Juan Pablo Duarte le produce tristeza y alegría, pues cumplió con su compromiso con la juventud y con el pueblo, para el deporte.
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Necesita una operación
Chapea necesita una operación de una hernia y solicitará una ayuda al secretario de Deportes, Felipe-Jay-Payano. Confío en Jay Payano, que me ayudará para esta operación, pues tengo 84 años, apuntó. Le enviará los documentos del médico al secretario de Deportes, para que le ayude, pues tiene confianza en él. Realiza pocas visita al Centro Olímpico Juan Pablo Duarte debido a la situación.