Chapucerías que se le “pegan” al jefe

Chapucerías que se le “pegan” al jefe

Al secretario de la Presidencia le preguntaron por televisión si era cierto que él, César Pina Toribio, iba de vuelta a la consultoría jurídica del Poder Ejecutivo. Con fina elegancia, respondió “¿y tan mal lo hago como secretario de la Presidencia?”. La inquietud no era capciosa, pues tras salir como jefe de la “fábrica de decretos” ha habido muchos “macos”…

Hay quejas por la impremeditada ligereza con que ciertos decretos son llevados al Presidente para su firma, causando más de un momento embarazoso, pues los “fouls” se le pegan al gobernante.

Está por ejemplo el caso reciente de Proindustria, donde se nombró un incumbente sin respetar el mandato legal de someter una terna, para luego recular y re-hacer las cosas como manda la Ley. Uno no sabe si se trata propiamente de chapucerías o exceso de eficiencia política, pues esas prisas son propias de los “juideros” partidaristas.

Otro caso tiene a mis amigos empresarios y empleadores alarmados: el intento de imponer por decreto al gerente general del Consejo Nacional de la Seguridad Social (CNSS) cuando la Ley manda que la elección sea de una terna, propuesta al Presidente por el Consejo, cuyos candidatos cumplan con ciertos requisitos.  La semana pasada el sector empresarial, usando el recurso que la ley le otorga, vetó el candidato del sector gubernamental al cargo de gerente del CNSS por estimar que esa designación no reúne los requisitos delineados en la propia ley.

Al parecer se ha creado una incómoda situación pues nadie desea incordiar personalmente al candidato propuesto ni al Gobierno, sino que las objeciones son puramente de orden institucional y legal. Según el artículo 27 de la ley, las condiciones para ser gerente incluyen “poseer capacidad administrativa y gerencial comprobable” y no estar vinculado a ninguna aseguradora de riesgos de salud (ARS), aseguradora de fondos de pensión (AFP) ni prestadora de servicios de salud (PSS).

Es evidente que el espíritu del legislador fue garantizar la independencia del gerente general del CNSS, frente a los actores principales del sistema, algo que conviene a toda la sociedad, empleadores, trabajadores y al propio Estado.

Los funcionarios del SDSS no pueden ser nombramientos políticos pues es un órgano tripartito. El fracaso del IDSS a manos de políticos encierra valiosas lecciones de experiencias que no deben repetirse. Ojalá el gobierno recoja soga y cesen estos “fouls”.

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