Chávez desmiente acuerdo con Cisneros y Jimmy Carter

Chávez desmiente acuerdo con Cisneros y Jimmy Carter

CARACAS (EFE).- El presidente venezolano, Hugo Chávez, desmintió ayer que negociara «algún pacto» durante la reunión privada que sostuvo el viernes con el magnate de las comunicaciones y opositor Gustavo Cisneros, y el ex presidente de EEUU Jimmy Carter.

«Como han comenzado a circular versiones, no está más que lo ratifique: no hubo ningún pacto (…). Lo desmiento. Mi único pacto de honor es con el pueblo», recalcó el mandatario en su programa dominical de radio y televisión «`Aló, presidente!»

Chávez dio a entender que esas versiones -«que en los próximos días se multiplicarán», según vaticinó-, apuntan a que negocia con la oposición compromisos sobre su seguridad personal, en caso de que el 15 de agosto pierda el referendo revocatorio de su mandato.

Advirtió que no revelará «las apreciaciones» sobre la realidad nacional expresadas en la cita, porque ésta fue privada, dijo, y aseguró que fue insistentemente gestionada por Carter.

También calificó de «lacónico» el comunicado que el Centro Carter emitió el sábado para confirmar la celebración del encuentro.

Este arrojó, según el comunicado, «un compromiso mutuo de honrar los procesos constitucionales y apoyar futuras conversaciones entre el gobierno y los medios de comunicación, con el fin de asegurar el clima más adecuado para el proceso constitucional del referendo».

«Si es que va a haber algún cambio en el manejo informativo de algún medio (…) habrá que verlo. Si respetarán el equilibrio informativo, si en verdad van a dejar el abuso y el atropello», no será a cambio de «absolutamente nada», subrayó el presidente.

Insistió en que no negoció ni negociará la Constitución ni su gobierno y que «no hay pactos por debajo de la mesa y el pueblo lo sabe, porque me conoce».

«Entre entregar los principios, negociar la revolución y la muerte física mía, prefiero mil veces la muerte mía», recalcó.

Calificó como «importante» que Cisneros lo reconociera en persona como el jefe de Estado, y subrayó que no tiene problemas en reunirse con detractores y que más bien es su obligación como gobernante.

«Si para defender los intereses sagrados del pueblo y la soberanía de Venezuela yo tengo que viajar al quinto infierno a verle los cachos a Mandinga (el diablo) y decirle lo que tenga que decirle y escuchar su lengua diabólica, no tengo problemas», dijo.

Su encuentro con Cisneros más bien debe ser interpretado por sectores «que podrían estar confundidos», sostuvo, como «una muestra» de que no tiene planes en contra de las clases altas, y que éstas más bien deben reconocer que su gobierno «ha tomado la vía pacífica para la transformación estructural».

El encuentro se produjo pocos días después de que el Gobierno exigiera que se delimite la labor que cumplirán los observadores del Centro Carter, la Organización de Estados Americanos (OEA) y otras instancias internacionales en el referendo, tras acusarlas de haber actuado a favor de la oposición en las fases electorales previas.

Se produjo, asimismo, luego de que dos propiedades y una emisora de televisión de Cisneros, Venevisión, fueran allanadas en los últimos días, dentro de investigaciones sobre el apresamiento, el mes pasado, de un centenar de supuestos paramilitares colombianos en Caracas.

Chávez aseguró que éstos formaban parte de un grupo de unos 3.000 a 4.000 elementos contratados por sus opositores y que pretendían perpetrar acciones terroristas previas a su derrocamiento y asesinato, en una conspiración, según él, con nexos en Miami y Bogotá.

Las autoridades policiales y militares venezolanas hallaron hace una semana un lote de armas y municiones en una bodega de la emisora de televisión de Cisneros, que volvió a ser registrada el jueves.

La emisora de Cisneros es una de las cuatro a las que Chávez llama indistintamente «Jinetes del Apocalipsis» o «Caballos del Apocalipsis», a las que involucra en presuntas conspiraciones para derrocarlo.

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