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CARACAS. AFP. El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, aseguró hoy que ganar los comicios presidenciales del siete de octubre «es una necesidad» nacional y mundial, porque «una derrota de la revolución bolivariana sería una derrota» para el «mundo nuevo que está naciendo».
«Para nosotros sacar 20 (la máxima calificación) el siete de octubre, lograr la victoria perfecta, no es un lujo, es una necesidad hacia adentro y hacia afuera» del país, dijo Chávez durante una reunión con simpatizantes a un mes de los comicios en los que buscará un tercer mandato de seis años.
«Una derrota de la revolución bolivariana sería una derrota para el mundo, para el mundo nuevo que está naciendo, para la esperanza por un mundo nuevo, la esperanza por un mundo mejor. Esa esperanza ha anidado en Venezuela (…) y desde los cuatro vientos se reconoce, a pesar de toda la campaña satanizadora que se lanza contra nosotros», añadió el mandatario venezolano.
Chávez, de 58 años y quien ha protagonizado menos de una decena de mítines durante los primeros dos meses de campaña, se reunió este viernes con cuadros medios de su comando de campaña para pedirles mantener la «unión» y dedicarse a convencer a los «desmotivados» de cara a las presidenciales.
El actual mandatario se medirá en octubre al ex gobernador del Estado Miranda (norte) Henrique Capriles Radonski, seleccionado en febrero como candidato único de la oposición en unas inéditas primarias y quien ha protagonizado una activa campaña «pueblo por pueblo».
«La campaña burguesa, en contrario a la nuestra, ha sido una campaña fraudulenta (…), el candidato es un fraude, lo que dice el candidato es totalmente falso», dijo Chávez, que tilda a Capriles de «burgués» y asegura que el opositor miente cuando dice que va a mantener los populares programas sociales de su gobierno.
«Tenemos que hacer un esfuerzo por contrastar nuestro programa y el programa de la derecha», pidió el mandatario, añadiendo que él mismo ha hecho un «esfuerzo» para «coronar una victoria perfecta» en un mes, a pesar del cáncer que le fue detectado en 2011 y del que en julio aseguró estar «libre».
