CARACAS, (AFP).- El presidente venezolano, Hugo Chávez en el poder desde 1998, lanzó este sábado su campaña a la reelección, acusando a todos sus rivales opositores de representar a la oligarquía y al «imperialismo».

«¡Llegó de nuevo el huracán bolivariano, llegó de nuevo la marea roja!», dijo Chávez en un discurso bajo un sol abrasador, ante unos 25.000 simpatizantes reunidos en la céntrica Plaza Caracas, bajo un gigantesco busto de su prócer predilecto, Simón Bolívar.

En un encendido y prolongado discurso, Chávez exclamó: «Me comprometo a llevarlos a otra gran victoria histórica el 3 de diciembre (…); en esta nueva jornada que comienza no podemos ni siquiera optar entre vencer o morir: ¡Nosotros venceremos!».

Sobre sus rivales afirmó: «Todas esas candidaturas representan lo mismo, el intento de la oligarquía venezolana de detener la revolución bolivariana».

«¡El 3 de diciembre les meteremos 10 millones por el buche! Va a ser muy difícil», advirtió, no obstante, Chávez.

La multitud le respondió con un estribillo: «¡Son diez, son diez millones, son diez!».

El mandatario de 52 años afirmó que su postulación es «la candidatura de la dignidad nacional, la candidatura del socialismo nacional».

Chávez buscó descalificar a las candidaturas opositoras enfatizando poco antes, en conferencia de prensa: «Todas estas candidaturas son las candidaturas de la contrarrevolución, del imperio, de la derecha nacional y la derecha internacional».

«Son los candidatos de las elites nacionales y del imperio que pretende frenar esta revolución», dijo Chávez, quien afirma que posee un 70% de popularidad, mientras que las encuestas le dan un promedio de 50% de preferencias ante un máximo de 30% a la oposición.

En contraste, Chávez se retrató a sí mismo como «el candidato de la revolución de las mayorías» para gobernar durante el período 2007-2013.

Sin abandonar sus conviccions cristianas Chávez oró: «Elevo mis oraciones de mi alma a Dios y pongo por delante de nosotros al comandante de todos los comandantes, al Cristo redentor crucificado y resucitado, al Cristo y su mensaje de amor que vino a pregonar la buena nueva de la libertad y de la justicia social».

Chávez enfrentará a una candidatura opositora unificada, que tendrá como postulante al gobernador del estado de Zulia, Manuel Rosales, acompañado por el humorista Benjamín Rausseo.

«En caso de que esos candidatos de (el presidente estadounidense, George W.) Bush, llegara a la presidencia convertirían a Venezuela en una colonia norteamericana y eso el pueblo venezolano no lo va a aceptar nunca jamás», remarcó.

   La multitud le respondió a coro: «¡No volverán, no volverán!».

   Chávez, un teniente coronel que en febrero de 1992 intentó dar un golpe de Estado, presumió de sus dotes de cantante poco antes de recriminar a la multitud que se lanzaba botellas de agua bajo el sol abrasador.

   Denunció posibles planes abstencionistas de la oposición como parte de «los planes imperiales para desestabilizar a nuestro país. No se presten al plan imperialista», pidió.

   «Vamos a darles nocaut, los van a sacar en camilla, les van a contar 10, 15 y 20, pero si ellos, siguiendo planes imperiales, se retiran antes de las elecciones, aduciendo lo que adujeron hace ocho meses, nosotros contraatacaríamos. No es ninguna amenaza», dijo sin precisar más.

   Sobre los reclamos por el uso de recursos públicos, dijo que realizaría una «campaña austera, sin una avalancha de propaganda, vallas y páginas enteras en los periódicos».

   Y prometió: «No haré uso de las cadenas porque sería un abuso».

   Sin embargo, dijo que su programa dominical Aló Presidente «va a continuar pero no va ser diseñado como parte de una campaña electoral».