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CARTAGENA, Colombia (AP).- El presidente venezolano Hugo Chávez a su llegada a Colombia calificó de «gran mentira»» afirmaciones sobre su supuesto apoyo a la guerrilla y dijo estar dispuesto a ayudar en el tema del canje humanitario si su homólogo Alvaro Uribe se lo pide.
«Que nadie crea en Colombia esa gran mentira que siguen repitiendo algunos allá, sobre todo en el norte… Nosotros no apoyamos a las FARC, nosotros queremos paz para Colombia»», dijo Chávez.
Sobre la posibilidad de ayudar en la realización de un intercambio humanitario entre rebeldes presos y más de 70 personas en poder de la guerrilla — algunos desde hace más de siete años– el mandatario venezolano afirmó que estaría dispuesto a colaborar, pero primero conversaría el tema con el presidente colombiano ya que es un asunto «muy sensible»».
La reunión Uribe-Chávez tiene un eminente contenido económico, después de una serie de incidentes fronterizos, ya que se tratarán temas como la construcción de un gaseoducto, interconexión eléctrica, interconexión fluvial, el comercio y la unión suramericana, dijo Chávez, quien llegó con más dos horas de retraso por el mal tiempo en este puerto caribeño.
Aunque los dos presidentes son polos opuestos en sus posiciones políticas, muchos ven similitudes.
«Esencialmente, ambos son hombres de línea dura en direcciones opuestas: Uno hacia la izquierda con Fidel Castro como aliado y el otro hacia la derecha con George W. Bush como aliado»», dijo Alberto Garrido, un analista político de la Universidad de los Andes de Venezuela. «Tienen en común ciertos aspectos: son inteligentes, prácticos y carismáticos»».
Uribe es representante de la derecha conservadora colombiana, que llegó al poder con la promesa de derrotar a las guerrillas izquierdistas, luego de realizar una extensa carrera política casi siempre a nombre del tradicional Partido Liberal.
Chávez, es un ex militar venezolano que irrumpió en la política a través de un fallido golpe de Estado y que luego alcanzó el poder por medio de las urnas con el objetivo de lanzar un proyecto izquierdista bajo el nombre de «Revolución Bolivariana»».
«Ambos son líderes populistas con un estilo personal que los conecta con la gente»», afirmó Pedro Medellín, director de la Fundación Ortega y Gasset en Bogotá, un centro de estudios.
«Tienen una tendencia al desmantelamiento institucional. Ellos le dan más prerrogativas a las decisiones personales que a las dinámicas institucionales»», agregó Medellín.
Los dos consideran su estadía en la Presidencia como indispensable para resolver los problemas de sus naciones.
Los dos líderes son populares. Chávez superó fácilmente un referendo revocatorio de su mandato convocado por la oposición en agosto. La popularidad de Uribe permanece extraordinariamente alta para la región, usualmente en un 70%.
Mientras Uribe promueve una reforma a la Constitución para reelegirse, Chávez ya abrió esa posibilidad en la Carta Fundamental que se redactó bajo su gobierno.
Pero esa popularidad deriva de diversas fuentes. La de Chávez de sus promesas para distribuir la renta petrolera hacia los más pobres. La de Uribe de su propósito de llevar seguridad a una nación que vive cuatro décadas de conflicto guerrillero y narcotráfico.
Y es ese mismo conflicto el que ha tensionado las relaciones entre los dos países, que comparten una frontera de 2.219 kilómetros.
Colombia y Estados Unidos piden que Venezuela haga un mayor esfuerzo para controlar el paso de rebeldes izquierdistas hacia su territorio con el fin de lanzar desde ahí acciones contra el ejército colombiano.
Chávez, por su parte, insiste en expresar su temor de que la violencia de Colombia se expanda a los países vecinos, como ocurrió en septiembre. En esa ocasión, una ingeniera y cinco militares venezolanos murieron en la frontera a manos de presuntos rebeldes colombianos.
