CARACAS (EFE).- El presidente venezolano, Hugo Chávez, hizo ayer un llamamiento a la «tolerancia» y exhortó «a todos los sectores» del país a hacer «una campaña de altura» de cara al referendo revocatorio en su contra del próximo 15 de agosto.

«Hago un llamado a que hagamos una campaña de respeto, de altura, de mucha tolerancia», pidió Chávez en su dominical programa de radio y televisión «Aló, Presidente».

La campaña por el referendo comenzó oficialmente el sábado, aunque el clima de fiesta electoral se vive en Venezuela desde principios de junio pasado, cuando el Consejo Nacional Electoral (CNE) anunció la fecha de la consulta sobre la permanencia o no de Chávez en el cargo.

El gobernante acusó a la alianza opositora Coordinadora Democrática (CD) de insistir en «echarle piedras al árbitro» electoral, y opinó que esa actitud revela que sus adversarios se sentirían «derrotados».

Portavoces de la CD han acusado al Poder Electoral de estar a favor del oficialismo, y el líder de la alianza y gobernador del estado de Miranda, Enrique Mendoza, ha dicho que «derrotaremos a Chávez hasta con el CNE en contra».

«Nada de violencia, nada de odio (…) vayamos a votar todos, hago un llamado a que participemos todos (…) esto que vamos a vivir el 15 de agosto es un hecho sin precedentes en el mundo, así que vamos a dar un ejemplo al mundo», manifestó el jefe del Estado.

Chávez aseguró que se negó a llamar a votar por una opción en el referendo en su contra a través de su programa dominical «porque debo tener cuidado porque no voy a violar las normas del CNE».

Entre esas normas está que el Poder Electoral costeará la propaganda en medios audiovisuales a favor de «sí» y del «no» a la revocación de Chávez de forma equitativa y equilibrada y durante tres minutos diarios, aunque al margen de ello ambos bandos podrán efectuar campañas propias.

Pese a que no llamó a votar «no» a su revocación, a lo largo del programa Chávez recordó «la corrupción» de los gobiernos socialdemócratas y socialcristianos que precedieron al suyo, y habló de las consecuencias «nefastas» que traería al país el regreso al poder de esas fuerzas, principales adversarias de su gobierno.

En ese sentido, negó las acusaciones opositoras en su contra sobre supuesta corrupción en el manejo de los recursos excedentes de la industria petrolera de Venezuela, quinto exportador mundial de crudo y cuarto abastecedor más importante de Estados Unidos.

«Me acusan de corrupción: a palabras necias oídos sordos», declaró Chávez, y afirmó que los excedentes petroleros «no son para tenerlo en los bancos internacionales ganando intereses mientras hay un pueblo que necesita salud, educación y alimentos».

Chávez también dedicó su espacio radial a enumerar los beneficios de los programas educativos y alimentarios de su gobierno, y anunció nuevas inversiones millonarias para la ampliación de los mismos.

Precisó que destinará «4.000 millones de bolívares» (equivalentes a 2,08 millones de dólares) a la ampliación del programa de venta de alimentos a precios bajos para la población pobre del país.