Chávez: Venezuela lista para romper relaciones con Colombia

Chávez: Venezuela lista para romper relaciones con Colombia

Caracas, (AP).- Venezuela se prepara para romper sus relaciones diplomáticas con Colombia debido al plan del vecino país para darle a las tropas estadounidenses mayor acceso a sus bases militares, dijo el martes el presidente Hugo Chávez.

Chávez afirmó que «no hay posibilidad» de reparar las relaciones con el gobierno del presidente Alvaro Uribe, y giró instrucciones a su canciller Nicolás Maduro para que empiece a preparar la ruptura con Colombia.

«Hay que preparar la ruptura de relaciones con Colombia, eso va a ocurrir», afirmó el gobernante venezolano en un acto de despedida del embajador cubano en Caracas. «Vayámonos preparando porque esa burguesía colombiana nos odia y ya no hay posibilidad de un retorno».

Venezuela y Colombia han discutido más de un mes como resultado de las negociaciones entre Bogotá y Washington, que le permitirían a las fuerzas estadounidenses incrementar su presencia en siete bases colombianas por medio de un acuerdo a 10 años.

Por lo pronto, Chávez ordenó a sus militares que se preparen para un posible enfrentamiento y anunció planes para comprar decenas de tanques rusos para aumentar la capacidad militar del país. También ordenó cortar los envíos de combustible a Colombia y sustituir las importaciones de bienes y servicios colombianos.

Venezuela importa de Colombia una amplia variedad de productos, en particular alimentos. Al respecto, Chávez tiene previsto agilizar el suministro de alimentos de otros países como Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay, Bolivia y Nicaragua.

La balanza comercial entre Venezuela y Colombia alcanzó el año pasado los 7.200 millones de dólares, y fue marcadamente favorable para los colombianos, según cifras oficiales.

Las autoridades colombianas y estadounidenses dicen que el acuerdo es necesario para combatir con mayor efectividad el narcotráfico y el terrorismo.

Chávez se burló de los reclamos, catalogando a Colombia de «narco-Estado» y al afirmar que su liderazgo político «vive» del comercio de cocaína.

«El gobierno colombiano no está interesado en acabar con el narcotráfico porque es un narcoestado y su economía es una narcoeconomía. Eso es una verdad que se puede demostrar con cifras», insistió.

Con relación a los acuerdos con Washington, dijo que «esas siete bases son una declaración de guerra contra la revolución bolivariana y así lo asumimos», refiriéndose a su proyecto político socialista.

El líder izquierdista venezolano ha advertido que el gobierno de Estados Unidos podría utilizar esas instalaciones militares colombianas como una plataforma de lanzamiento para futuras operaciones encaminadas a derrocar a líderes de América Latina como él y descartó que vuelva a repetir la escena de un abrazo con Uribe, como ocurrió el año pasado luego de un altercado anterior entre diplomáticos.

«Imposible» que eso ocurra de nuevo, expresó. «No vamos a seguir con las medias tintas y con eso de que dentro de mes y medio Uribe quiere venir o (diga) ‘Chávez, ¨por qué no vienes?»’, acotó.

La relación entre Bogotá y Caracas entró en una crisis en noviembre del 2007 después que Uribe le retiró a Chávez la mediación para un canje humanitario de rehenes por prisioneros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.

Pero el peor momento se vivió a principios de marzo del 2008, tras el ataque de tropas militares colombianas a un campamento de las FARC en Ecuador, próximo a la frontera y donde murió el segundo jefe guerrillero al mando, Raúl Reyes.

Las aguas empezaron a volver a su cauce tras una cumbre de presidentes de la región en marzo del año pasado en República Dominicana, tras la cual Chávez ordenó el retorno de las tropas a los cuarteles y anunció que buscaría reactivar el comercio bilateral. Pero los gobiernos de Caracas y Bogotá volvieron a distanciarse luego que emergió el tema de las bases.

Las presidencias izquierdistas en Bolivia y Ecuador, aliadas de Chávez, han criticado el acuerdo con una retórica similar, pero los líderes más moderados de América del Sur también han expresado su preocupación.

Muchos en la región se muestran cautelosos ante la presencia estadounidense, ante la experiencia de las últimas décadas, cuando las distintas administraciones en Washington dieron apoyo a las dictaduras militares.

Los líderes latinoamericanos y legisladores estadounidenses, que no fueron consultados al respecto, han pedido explicaciones desde que el acuerdo fue detallado por primera vez por The Associated Press.

Se espera que en la próxima cumbre extraordinaria de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), en Bariloche, Argentina, los líderes de la región discutan el tema. Uribe expondrá sus intenciones, pero algunos críticos del plan sostienen que el presidente estadounidense Barack Obama también debe asistir a la reunión.

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