MANAUS, Brasil (AP) _ Tras un almuerzo y reunión de trabajo de unas siete horas, los presidentes de Brasil y Venezuela anunciaron ayer que se reunirán cada tres meses y que seguirán adelante en millonarios proyectos energéticos conjuntos como una refinería y un faraónico gasoducto continental, así como agilizar el ingreso de Caracas al Mercosur.

Los mandatarios Luiz Inacio Lula da Silva y su colega venezolano Hugo Chávez, reunidos en un hotel de esta ciudad amazónica, hicieron sendos discursos al final de su encuentro y no respondieron a preguntas de los reporteros.

A pesar de la diversidad de temas que trataron, según indicaron, ninguno de los dos hizo mención a las negociaciones que lleva Chávez para un intercambio humanitario de secuestrados en poder de la guerrillas colombiana por rebeldes en prisión, una gestión apoyada por Brasil.

Lula y Chávez tenían previsto además reunirse posteriormente en Manaus con el mandatario de Ecuador, Rafael Correa, de breve paso por Brasil rumbo a Estados Unidos. De buen ánimo y asegurando que ninguno de los dos ahorrará esfuerzos por su proyecto de integración en América Latina, Chávez dijo a Lula que le daba «su mano y su amistad». Lula replicó a su turno que el venezolano tendría en él a un «compañero para las malas y las buenas».

De esa forma parecieron quedar limadas asperezas surgidas en los últimos meses en ambos países debido a declaraciones de políticos y retrasos en proyectos conjuntos, incluyendo la formalización del ingreso de Venezuela al Mercosur. Lula dijo que precisamente por no encontrarse de manera frecuente era que surgían entras ambas naciones «intrigas y chismes» y de ahí que propusiera encuentros trimestrales de los dos. La próxima cita será en Venezuela en diciembre, dijo Chávez. El venezolano además ratificó que su país sí será socia de Brasil en varios proyectos