CARACAS (AFP).- Los seguidores del presidente Hugo Chávez y sus opositores vuelven a las calles de Caracas este Domingo de Resurección, tras una tregua por las vacaciones de Semana Santa, cuando se conmemore el segundo aniversario del golpe de Estado que sacó del poder al mandatario por 47 horas.

Mientras la oposición iniciará a media mañana una caravana de automóviles en una plaza de Chuao (este caraqueño), donde se concentraban en el 2002 cuando tomaron las calles con grandes concentraciones, los chavistas harán, también desde media mañana, un recorrido por el centro de Caracas.

Oscar Pérez, vocero opositor, dijo que en la marcha mostrarán varios «muñecos» representando a los «traidores del país», y se exigirá el respeto a los derechos humanos. En la tarde, habrá otra concentración en la misma plaza de Chuao, conmemorativa del golpe de Estado.

De lado oficialista, el diputado Dario Vivas informó que los chavistas se concentrarán en el parque El Calvario, cerca del presidencial Palacio de Miraflores, desde donde marcharán hacia las sedes del Capitolio y la Cancillería, ambas enclavadas en la Plaza Bolívar, la principal del país.

Luego se concentrarán en el Puente Llaguno, una cuadra al este del Palacio de Miraflores, donde el 11 de abril del 2002, cuando una multitudinaria marcha opositora fue desviada del este al centro de Caracas, fue señalado por opositores como epicentro de tiroteos, culpando al gobierno de disparar sobre una multitud desarmada.

Los oficialistas replican que allí había una concentración chavista ese día, que repelió ataques de la uniformada Policía Metropolitana, que rige el opositor alcalde metropolitano Alfredo Peña.

Las actividades serán rematadas con «quemas de judas», en las que también se representarán monigotes de líderes opositores a Chávez.

Como telón de fondo, queda la suerte del referendo revocatorio contra Chávez, que la oposición puja por impulsar antes del 19 de agosto para removerle del poder, pero se paralizó por la controversia en torno a 800.000 firmas objetadas por la autoridad electoral y la disputa ulterior de dos salas del Tribunal Supremo que buscan jurisdicción sobre el caso.

El líder de la Coordinadora Democrática (alianza de partidos y grupos civiles de oposición a Chávez), el democristiano Enrique Mendoza, declaró este domingo que «de la semana que viene no puede pasar el tema de los reparos», como se llama a este proceso.

Advirtió que la oposición no se quedará con los brazos cruzados ante la posibilidad de que le cercenen su posibilidad de realizar un referéndum revocatorio presidencial.

«Con los brazos cruzados no nos vamos a quedar, no va a ser una manifestación lo que vamos a hacer, pero tampoco será una asonada», dijo, evocando la última oleada de disturbios entre febrero y marzo que dejó 13 muertos, según la oposición, y nueve, según el Gobierno.

Tras los tiroteos en el centro de Caracas el 11 de abril del 2002, que dejaron una veintena de muertos, se desató, en la madrugada del 12 el golpe de Estado, que entronizó efímeramente en el poder al líder empresarial Pedro Carmona, quien en un único decreto disolvió el legislativo y el poder judicial.

Militares leales a Chávez y la masa seguidora del presidente restituyeron en el poder el mandatario 47 horas después de su caída, y Carmona posteriormente se asiló en Colombia.

En el 2003, a instancias del ex presidente estadounidense Jimmy Carter, llegó la fórmula de solución: El referendo.

Ahora la oposición precisa de 2,4 millones de firmas validadas por el CNE para concretar el referendo contra Chávez: Es decir, debe ratificar 600.000 de las 800.000 que entraron en la categoría de «dudosas», según el CNE.

Pero el referendo debe concretarse antes del 19 de agosto, cuando Chávez entre en el cuarto de seis años de mandato, en cuyo caso, si pierde la consulta, gobernaría el Vicepresidente. Si es antes, habrá nuevas elecciones para designar un presidente transitorio hasta 2006.

Esto produjo otra puja: Que sean diferidas hasta septiembre las elecciones regionales (gobernadores, alcaldes y ediles), programadas para este 1 de agosto, posibilidad esbozada por el CNE, a lo que hasta ahora el oficialismo se niega.

Por ello el nuevo calentamiento de calles en este Domingo de Resurección en una Caracas partida en dos por la polarización política: El residencial este opositor y el populoso centro y oeste chavista.