Hombres, mujeres, niños… todos pueden (y deben) pasar una revisión anual, si bien ésta tendrá distintas características e incidirá en aspectos diferentes dependiendo de la edad, el sexo y el historial del paciente.
Niños. Normalmente, los niños necesitan pasar los siguientes chequeos: Primer mes: un control pediátrico cada semana, que determine su peso, talla y examen físico completo.
– De 2 a 6 meses: uno cada mes.
– De 6 meses a 1 año: cada 2 meses.
A partir del año. Un chequeo pediátrico al año (hasta los 12 meses); análisis de sangre (a partir de los 2 años) oftalmológico (antes de que el niño empiece el colegio) y odontológico (a los dos años por primera vez e, incluso, antes si observas que tiene algún problema dental).
Mujeres. Dependiendo de la edad, el chequeo deberá constar como mínimo de:
Menores de 40 años. Una vez al año, revisión de la vista, de los dientes y ginecológica; revisión de la piel una vez cada 3 años. Las fumadoras deberían hacerse, además, radiografía de tórax y espirometría anual.
Mayores de 40 años: igual que las anteriores, pero añadiendo una mamografía (que deben ser anuales al cumplir los 50); revisiones cada 6 meses, desde la menopausia, donde se controlan el nivel de colesterol, la presión arterial…
Hombres: En el caso de los hombres, aparte de las pruebas comunes en todo chequeo anual (exploración física, electrocardiograma, análisis de orina…), es necesario hacer especial hincapié en los siguientes controles:
Test de colesterol: en los hombres es especialmente importante para prevenir trombos arteriales.
Endocrinólogo: Si se sufre adiposidad abdominal, porque esa grasa localizada está ligada a enfermedades coronarias.
Urológico: A partir de los 50 años es necesario someterse a un examen de próstata una vez al año.
Aprovecha estas vacaciones de verano y llévalos a realizarse un chequeo general; no olvides los chequeos oftalmológico y dental.