Chiítas respaldan coalición gobernante

Chiítas respaldan coalición gobernante

BAGDAD (AP) _ Centenares de chiítas marcharon el domingo en Bagdad para respaldar a la coalición gobernante, que asumió una gran ventaja en las elecciones del 15 de diciembre pero que ha sido objeto de denuncias de fraude electoral.

Demostraciones más pequeñas también fueron efectuadas por grupos sunís en la ciudad de Faluya, situada en la provincia occidental de Anbar, así como en Bakuba, en el este, para respaldar exigencias de que se vuelvan a efectuar comicios parlamentarios, denunciando que los anteriores estuvieron afectados por el fraude.

Las demostraciones se efectuaron mientras al menos 18 personas murieron en nuevos actos de violencia en Irak.

Dos soldados estadounidenses, que servían en la Fuerza de Tareas Bagdad, murieron el domingo en la capital, al estallar explosivos mientras realizaban labores de patrullaje, dijo el comando militar de Estados Unidos.

El primero de los soldados «murió por heridas causadas por un explosivo» de fabricación casera, dijo el comando.

El segundo soldado murió cuando el vehículo en que viajaba fue alcanzado por otra bomba de fabricación casera. No se divulgaron ulteriores detalles sobre los incidentes.

Dos proyectiles de mortero cayeron cerca de la fortificada Zona Verde de esta capital, donde se hallan oficinas gubernamentales y varias embajadas, entre ellas las de Estados Unidos y Gran Bretaña, en tanto una bomba colocada al costado de una carretera al este de Bagdad dañó un tanque estadounidense. No hubo inicialmente informes de víctimas, pero secuencias filmadas y fotos de AP Television News mostraron un tanque Abrams en llamas.

Un atacante suicida estrelló su automóvil contra dos vehículos del ejército iraquí en el centro de Bagdad, matando a cinco soldados e hiriendo a siete policías y civiles, dijo el mayor de la policía Mohamed Yunis.

En el barrio chiíta de Ciudad Sadr, unos 1.000 manifestantes realizaron un acto en respaldo a los resultados preliminares que indican el triunfo en las elecciones de la gobernante Alianza Iraquí Unida. También lanzaron consignas contra el ex primer ministro Ayad Alaui, un chiíta secular cuyo partido, que tuvo escaso apoyo en las elecciones, se unió a grupos sunitas denunciando los resultados.

La alianza, encabezada por el clérigo Abdul-Aziz al-Hakim, dijo que los resultados preliminares muestran que obtuvieron una amplia ventaja en los comicios, y que no habían sido resultado de fraude ni intimidación.

«No hay marcha atrás, no habrá nuevas elecciones», dijo Jauad al-Maliki, un alto funcionario de la Alianza, en conferencia de prensa. «Los resultados deben ser aceptados y la voluntad del pueblo debe ser respetada», añadió.

Sin embargo, el bloque religioso chiíta también profundizó la agitación política al asegurar que extremistas islámicos y partidarios de Saddam Hussein eran los que cuestionaban los resultados.

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