Chiítas supultan sus muertos tras atentado

Chiítas supultan sus muertos tras atentado

BAGDAD (AFP). – Los chiítas enterraron este viernes a sus muertos, al día siguiente de un atentado que se cobró 47 vidas en Mosul, en el norte de Irak, y se comprometieron a seguir adelante para formar un ejecutivo dominado por sus representantes políticos.

Además, dos iraquíes -un soldado y un empresario que trabajaba para el ejército de Estados Unidos- fueron muertos en acciones violentas, en tanto que el cuerpo de un tercero, que confesó en televisión su participación en ataques, fue remitido a su familia. Su padre acusa a los comandos del ministerio del Interior de haberlo torturado hasta la muerte.

En Mosul, 380 km al norte de Bagdad, las familias de las víctimas del atentado cometido en los funerales de un jefe de la comunidad chiíta anunciaron que renunciaban a la celebración de funerales colectivos, temiendo nuevos ataques y tras un disparo de mortero en ese lugar.

«Las familias decidieron anular los funerales colectivos que estaban previstos para la mañana del viernes», declaró un religioso chiíta, Jasem Mohamed.

«Esta decisión fue tomada tras un disparo de obús a las 08H45 locales (05H45 GMT) en el lugar del ataque que, aun cuando afortunadamente no causó víctimas, hizo ver que sería arriesgado celebrar funerales colectivos», señalo Mohamed.

El atentado del jueves fue obra de un kamikaze que entró caminando a una sala donde se celebraban los funerales de un jefe de la comunidad chiíta en el barrio de Taamin, en el este de Mosul, una ciudad de mayoría sunita.

El más importante partido chiíta, el Consejo Supremo de la Revolución Islámica en Irak (CSRII), ve en el atentado otro episodio «del genocidio emprendido por Saddam Hussein y su régimen» contra los chiítas.

«El pueblo iraquí tiene conciencia del complot agresivo que lo tiene como blanco y eso no hace más que reafirmar su unidad (…) y su voluntad de ir adelante en el proceso político y en la construcción de un nuevo Irak», afirmó el CSRII, llamando al gobierno a «asumir sus responsabilidades».

«Los servicios de seguridad han sido desafortunadamente infiltrados por elementos terroristas», deploró el CSRII, uno de los más vehementes en la política de depuración en la administración de miembros del disuelto partido Baas.

Un allegado del más influyente dignatario religioso chiíta de Irak, el ayatolá Alí Sistani, en la ciudad santa chiíta de Nayaf (centro), recordó que éste alentaba «la unidad y la solidaridad de todos los iraquíes a pesar de los ataques dirigidos contra los inocentes».

«Sayed Sistani sostiene que los iraquíes deben hacer causa común y que las fuerzas de seguridad deben trabajar para prevenir este tipo de ataques y asumir la protección de los inocentes», indicó el allegado a condición de anonimato.

La repetición de estos atentados «necesita acelerar el proceso político y formar un gobierno para que éste asuma su responsabilidad consistente en proteger la vida de los inocentes», agregó.

Un acuerdo global entre las dos principales fuerzas del Parlamento, la Alianza Unificada Iraquí (AUI, chiíta, mayoritaria) y el grupo kurdo se sigue haciendo esperar, a cinco días de la primera reunión de la Asamblea.

«Es importante que el acuerdo entre las dos partes sea claro y transparente. Los kurdos han tenido muchos problemas en el pasado», dijo a la AFP un dirigente del Partido Democrático de Kurdistán (PDK) en Bagdad, Dilshad Miran. «La política sólo puede estar fundada en la confianza», agregó.

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