Chile estrena Constitución; la nueva Carta borra los «enclaves autoritarios»

Chile estrena Constitución; la nueva Carta borra los «enclaves autoritarios»

SANTIAGO DE CHILE (EFE).- El presidente chileno, Ricardo Lagos, promulgó ayer la nueva Constitución Política que elimina la firma y los «enclaves autoritarios» de la Carta impuesta hace 25 años por el ex dictador Augusto Pinochet.

«Es un momento trascendental para todos los chilenos, un día muy grande para Chile, ya que tenemos por fin una Constitución democrática», afirmó Lagos en un discurso en el Palacio de la Moneda.

Tras quince años de democracia y ocho intentos fracasados de tres gobiernos de la Concertación -la coalición en el poder desde 1990-, el parlamento aprobó el pasado julio las reformas a la nueva Constitución que zanjó una de las polémicas más duras de la transición chilena.

En su discurso de hoy, el presidente hizo un recorrido por la historia del país, donde destacó las constituciones democráticas de 1833 y 1925, y recordó la quiebra constitucional a raíz del golpe de Estado de 1973, que calificó como una interrupción «trágica».

«Ese quiebre hizo que la República se apartara del norte de su permanente aspiración de creciente democracia y consiguiente ampliación de las libertades», afirmó Lagos.

«Todos conocemos hoy la real magnitud de sufrimiento que provocó la violación masiva de los derechos humanos. Cualquier acto constitucional en ese contexto, como es comprensible, carecía de la legitimidad histórica necesaria que toda Carta Fundamental requiere», enfatizó Lagos en alusión a la Constitución de 1980, que impuso la dictadura que encabezó Agusto Pinochet (1973-1990).

«Chile merecía y merece una Constitución democrática, de acuerdo a los actuales estándares internacionales de la democracia en el mundo y eso es lo que el Congreso Pleno ha aprobado hace algunos días y que hoy hemos procedido a firmar», precisó Lagos, quien durante su alocución fue interrumpido nueve veces por enérgicos aplausos de los asistentes a la ceremonia.

«Es nuestro mejor homenaje a la Independencia, a las Glorias Patrias, a la gloria y a la fuerza de nuestro entendimiento nacional», agregó Lagos.

«Hoy despunta la primavera, con una patria más grande, más unida, más prestigiosa, reconocida en el mundo», concluyó.

Por su parte, el ministro del Interior, Francisco Vidal, afirmó que desde ahora en adelante, la Constitución «la ley de las leyes en la cual se sostiene la convivencia democrática entre los chilenos, hoy tiene un denominador común en lo esencial… como lo es tener una Carta que es acordada, consensuada y reconocida por todas las fuerzas políticas con representación parlamentaria».

La nueva Constitución incluye más de 55 modificaciones entre ellas los llamados temas «duros» como la restitución de la facultad presidencial de cambiar a los jefes de las Fuerzas Armadas.

También eliminó los diez senadores no elegidos, entre ellos nueve designados (por instituciones) y uno vitalicio, cargo este último reservado para ex presidentes y que ejerció dos años Pinochet.

Entre los senadores designados figuran, entre otros, cuatro representantes de las Fuerzas Armadas, mientras el sillón vitalicio lo ocupa ahora el ex presidente Eduardo Frei Ruiz Tagle (1994-2000).

Con la eliminación de estos diez parlamentarios, el número de miembros del Senado quedará reducido desde 48 a 38 a partir del próximo 11 de marzo.

Los cambios, además, dejan convertido al Consejo de Seguridad Nacional en un órgano meramente consultivo y no resolutivo, además de modificar la composición y facultades del Tribunal Constitucional.

También el texto rebaja de seis a cuatro años el período presidencial y la no reelección en períodos inmediatos y se fortalecen las facultades fiscalizadoras de la Cámara de Diputados.

Estas reformas liberan a la democracia chilena de los amarres autoritarios y el llamado «tutelaje» militar que le dejó como herencia la dictadura y constituyen la modificación más profunda de la Constitución pinochetista, aprobada en un plebiscito sin registros electorales.

Sin embargo, quedan temas pendientes como el sistema electoral binominal, que impide que las minorías políticas tengan representación en el Legislativo.

Este sistema obliga a mantener grandes coaliciones y deja sin representación parlamentaria a las minorías, lo que a juicio de Lagos debe ser modificado y será «tarea de quienes conduzcan mañana la continuidad de nuestra vida republicana», afirmó el mandatario socialista que dejará el cargo el próximo 11 de marzo de 2006.

«Ninguna Constitución es inamovible y tampoco lo será ésta. Puede y debe continuar siendo examinada de acuerdo a las necesidades del país en el futuro. En el Chile del siglo XXI no puede seguirse omitiendo el reconocimiento constitucional a los pueblos indígenas, sus culturas, etnias y lenguas», subrayó Lagos. EFE

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