Chilenos hablan de reconstruir o abandonar pueblos arrasados

Chilenos hablan de reconstruir o abandonar pueblos arrasados

Dichato, Chile (AP).- Las presidenta chilena dijo que tomará tres años reconstruir la región devastada por un terremoto y un tsunami, algo demasiado claro para la gente que trabaja en la limpieza de este poblado turístico que fue hecho añicos.

De este lindo pueblito turístico en la costa sólo quedaron un horrible hedor e inmensas pilas de escombros por el devastador terremoto y el posterior tsunami del sábado y que dejó más de 800 muertos en todo el país.

Los pobladores que removían el jueves lo que quedó de sus hogares en busca de cualquier cosa rescatable consideraron que habría que aplanar todo y reconstruir desde cero en Dichato, una población ubicada a unos 400 kilómetros al norte de Concepción.

Y se siguen registrando réplicas en la región. Una réplica fuerte con magnitud preliminar de 6,3 sacudió el viernes la ciudad de Concepción, ocasionando que la gente saliera corriendo a las calles.

La Agencia Geológica de Estados Unidos señaló que la réplica ocurrió a las 6:19 a.m. (0939 GMT). La gente en Concepción salió apresurada de los edificios, vestida en pijamas y sin zapatos.

De ratificarse la magnitud, sería la réplica más fuerte después del movimiento telúrico principal ocurrido el 27 de febrero.

La alcaldesa de Concepción, Jackeline Van Rysselberger, dijo a la radiodifusora Bio-Bio que la policía le había reportado que «todo está tranquilo».

Ante tantas las réplicas fuertes, subrayó la funcionaria que hay que apurar las tareas de demolición de edificios dañados, y señaló que el jueves firmó cinco decretos para tal fin. Mencionó en particular una torre de 10 pisos en el centro de la ciudad que está muy inclinada.

Van Rysselberger dijo que el viernes continúa la repartición de alimentos y agrego: «pedimos a la gente que nos ayude; sin nos paran en el camino nos demora», explicó.

«Es difícil trabajar, tenemos apenas seis horas» (debido al toque de queda), agregó.

Jaime Toha, intendente (gobernador) de la región de Bio-Bio, con ocho millones de habitantes, a la cual pertenece Concepción _con poco más de un millón de residentes_ dijo que «la noche transcurrió con normalidad, salvo 83 personas detenidas, en su mayoría por violación al toque de queda.

Toha agregó que la réplica más reciente causó daños menores, pero no dio detalles.

Se han reportado docenas de réplicas en Chile desde el terremoto del sábado con magnitud de 8,8.

Entre colinas con bosques de pinos y una bahía, los habitantes de Dichato se ufanaban de que sus playas eran las únicas en la región en las que los niños podían nadar tranquilos en el océano Pacífico, por eso su población de 4.000 personas se triplicaba con veraneantes entre enero y febrero.

El día del terremoto, primero la bahía se vació y después el agua regresó con una poderosa ola que mató al menos 19 personas y aplastó la mayoría de las casas de madera y pequeños hoteles que quedaron reducidos a pilas de maderos astillados. El agua arruinó lo demás y el pueblo ahora apesta a pescado podrido.

Apenas en septiembre, el gobierno había habilitado un proyecto de 130 viviendas y proporcionó unos 120.000 dólares para restaurar las fachadas de los comercios en la calle principal, dijo la presidenta de la cámara de comercio local Mabel Gómez.

El único futuro para Dichato ahora es reconstruir desde cero, dijo Luis Omar Cid Jara, de 66 años y propietario de una panadería y una venta de pollo rostizado que quedaron destruidas en la vía central.

Pero numerosos pueblos del litoral fueron arrasados por el terremoto de 8,8 grados, uno de los más potentes de los que existe registro, y el tsunami que golpeó después, afectaron una franja de 700 kilómetros de Chile.

Las autoridades no han dicho cuantos desaparecidos hay solo que unos dos millones de personas fueron afectadas y durante días las réplicas del sismo han continuado, ocasionado daños marginales.

Un nuevo sismo de magnitud 6,3 se registró el jueves en el norte del país, a más de 1.800 kilómetros de distancia del epicentro del terremoto del sábado. Golpeó al puerto de Antofagasta y Calama, en el interior del desierto pero no se han reportado daños ni víctimas.

En Tubul, la mitad de casas de los 4.000 habitantes desapareció y el único plan que la población puede concebir consiste en marcharse.

«No hay nada que reconstruir, todo está abajo o destruido», afirmó Sergio Lagomarcino, el alcalde de Tubul, una localidad en la costa del Pacífico a unos 700 kilómetros al sur de la capital chilena.

El presidente de la asociación de pescadores local Daniel Navarro ve improblable reanudar la vida en Tubul. «Demoraron años que pusieran el alcantarillado y las tuberías. Ahora se reventaron (por el terremoto)… este ya no es un lugar apto para vivir», expresó.

La gobernadora de la región de Cauquenes, Gladys Saez, al regresar de un vuelo en helicóptero sobre el océano Pacífico dijo que divisó «burbujas, que suponemos que son cadáveres que están ahí», según el vespertino La Segunda.

Agregó que en su provincia, a 402 kilómetros al sur de Santiago, se sabe de 79 muertos y unos 100 desaparecidos.

En el pueblo costero de Constitución había bomberos buscando cuerpos de personas que fueron arrastradas por el tsunami mientras acampaban en isla Orrego, en la boca del río Maure que cruza la ciudad.

«Había unas 200 personas en tiendas de campaña que desaparecieron», dijo a la AP el jefe de bomberos Miguel Reyes. Un equipo de APTN presenció cuando varios cuerpos eran recuperados, incluyendo el de una bebé, que fueron sacados por la marea a la playa.

El subsecretario del Interior Patricio Rosende informó en rueda de prensa que el gobierno decretó tres días de duelo nacional a partir del domingo entrante en memoria de las víctimas del terremoto y que se autorizó a la población a izar la bandera nacional en las casas «como un testimonio de solidaridad». El izamiento de banderas solo está permitido por la ley en fiestas patrias o por decreto.

Unicamente un inmenso, costoso y sostenido trabajo de reconstrucción devolverá los pueblos del sur a lo que eran antes del terremoto y los damnificados ponen sus esperanzas en que el futuro presidente Sebastián Piñera lo hará.

Piñera, un magnate de ideología conservadora que asume el poder el 11 de marzo, intensificó las críticas a la respuesta ante la emergencia del gobierno izquierdista saliente al referirse a una profunda modernización del sistema de desastres para eliminar «la falta de coordinación y la debilidad que esta tragedia ha demostrado con una brutal elocuencia».

Piñera también nombró seis gobernadores para las regiones más golpeadas por el terremoto y les dijo que se pusieran a trabajar aun antes de su asunción con las prioridades de encontrar a los desaparecidos, restaurar la ley y el orden, los servicios públicos y atender a los heridos.

Dijo que es imposible calcular el monto de los daños, que aún hay localidades aisladas que no han sido visitadas y se desconoce qué se encontrará.

La presidenta, cuyos índices de aprobación se mantenían en la cima antes del sismo, se erizó con las críticas e insistió en que «Chile se levantará» de la devastación. Mientras visitaba un centro de distribución de ayuda en la severamente dañada ciudad de Concepción, rechazó haber causado retrasos o indecisión aun cuando oficiales militares se quejaron de que no pudieron desplegar fuerzas hasta que ella declaró un estado de emergencia más de dos días después del desastre.

Los esfuerzos de rescate y recuperación estaban al máximo en Dichato, en donde equipos de bomberos usaban largos palos para explorar debajo de pilas de arena lodosa y ruinas en la una vez hermosa playa y la Armada chilena transportaba tropas para ayudar a descargar 86 toneladas de asistencia para ser distribuida en el pueblo durante las semanas y meses venideros.

A Bachelet le critican que fue renuente a llamar a los militares para que detuvieran saqueos y distribuyeran ayuda, dada la brutal represión que las fuerzas armadas chilenas durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) y que antes de aceptar ayuda internacional ella dijo que era necesario evaluar los daños.

Pero poco después pidió a la comunidad internacional puentes, hospitales de campaña, teléfonos satelitales, generadores de electricidad, purificadores de agua, cocinas y centros de diálisis.

Resulta que 36 hospitales fueron destruidos o severamente dañados, dijo Bachelet el jueves, y hospitales de campaña estaban siendo instalados por Argentina, Brasil, Perú, Cuba y España. Estados Unidos donó 20 teléfonos satelitales, medicinas y ayuda técnica. Y el secretario general de la ONU Ban Ki Moon estaba en camino para reunirse con Bachelet y Piñera para mostrar el compromiso del organismo mundial con los sobrevivientes.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas