Chilenos luchan con fuego que sigue fuera de control

Chilenos luchan con fuego que sigue fuera de control

VALPARAISO, CHILE. AP. Columnas de humo parecen surgir desde las entrañas de la tierra en el cerro Ramaditas, donde gigantescas lenguas de fuego arrasaron la madrugada del lunes más de un centenar de viviendas que elevan a más de 2,000 las casas destruidas, y el número de fallecidos aumentó a 15, según un informe oficial.

En la jornada, infantes de marina se aprestan a evacuar a unas 700 familias ante el riesgo que sus hogares sean alcanzados por llamas impulsadas por el viento. Los incendios que estallaron el sábado por la tarde han dejado a 15 personas muertas y no se descartan los hallazgos de más víctimas a medida que se vayan removiendo escombros, dijo el jefe de las fuerzas de seguridad, contralmirante Julio Leiva.

Desde el fondo de las quebradas, se levantan columnas de humo del gigantesco incendio que estalló el sábado en la tarde sin que pueda ser extinguido tres días después. Más de 10 helicópteros dejan caer casi sin cesar miles de litros de agua en las quebradas del cerro Ramaditas, encima de decenas de personas que rasguñan la tierra donde hasta el domingo se levantaban sus humildes casas, y que agradecen una fina lluvia caída en sobre esta ciudad-puerto, 120 kilómetros al noroeste de Santiago. En la lucha desde al aire toman parte además aviones hidrantes.

“Estamos ante la mayor operación aérea para enfrentar un incendio de esta envergadura”, dijo la presidenta Michelle Bachelet, que calificó el siniestro como “un incendio y un fuego de dimensiones nunca vistas”. Mientras hombres y mujeres removían escombros, centenares de jóvenes caminaban varios kilómetros por empinados senderos cerro arriba, con botellas de agua mineral y palas, para ayudar a los damnificados, en una escena que se repetía en otros cerros arrasados por las llamas.

Las viviendas calcinadas se convirtieron en escombros que semejan costras de materiales plásticos que ardieron a más de 800 grados Celcius, y por doquier se observan latas que fueron techumbres, lavadoras y refrigeradores. Carolina Ovando, 22 años, dueña de casa, casada, tres hijos pequeños, perdió su humilde casa de madera el domingo por la noche, y mientras sostiene una frazada de niño en sus brazos, con ojos llorosos dijo a The Associated Press que “vamos a levantar (la casa) aquí mismo.

¿Adónde más vamos a ir?” se pregunta. Los incendios hasta el momento han consumido casi 900 hectáreas de bosques, más de 2.150 viviendas.

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