Estudiantes y gente del pueblo de Chile regresaron ayer a las calles en reclamo de mejor educación para los millones de estudiantes que asisten a los planteles públicos. En las manifestaciones participaron adultos en solidaridad con sus hijos y nietos.

SANTIAGO.  AFP. Decenas de miles de personas protestaron ayer por quinta vez en menos de dos meses en Santiago para exigir una mejor educación pública, en una manifestación que esta vez fue autorizada por el gobierno y que volvió a derivar en incidentes con la Policía.

La multitudinaria marcha -60.000 personas según la Policía, 150.000 según los organizadores-, reunió a estudiantes, profesores, padres y trabajadores de otros gremios, como el de la industria del cobre, y empleados públicos.

Otras ciudades como Valparaíso y Concepción se unieron a la protesta.

Vestidos con sus uniformes, portando pancartas en las que señalaron que «la educación se está muriendo de hambre», disfrazados y otros bailando, los manifestantes caminaron varios kilómetros por la céntrica avenida Alameda y calles aledañas para desembocar en la Plaza Almagro.

«Yo marcho porque tengo dos hijos y no me alcanza, ellos van a terminar endeudados por muchos años y yo no quiero eso para ellos. Le pido al presidente que se ponga la mano al corazón y entienda a la gente que ya no puede pagar los créditos», dijo  Graciela Hernández, una de las manifestantes. Los estudiantes calificaron la marcha como  un «éxito» y emplazaron al Gobierno a dar una respuesta clara a sus demandas.

«Con esta demostración de apoyo   es necesario que el Gobierno dé una respuesta clara a nuestras demandas», dijo la líder estudiantil, Camila Vallejo.

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Violencia

Vecinos de casas aledañas al recorrido acompañaron a los estudiantes con cacerolazos y tirándoles agua para refrescarles, en un día primaveral en Santiago. El tono pacífico cambió casi al final, cuando encapuchados se enfrentaron con piedras y palos con agentes policiales sobre el céntrico Paseo Bulnes.