China aprovecha oportunidad de cobrarle de más a América Latina

China aprovecha oportunidad de cobrarle de más a América Latina

Para muchos en América Latina, la cumbre de la Comunidad del Caribe y América Latina que se desarrolló en Pekín este mes fue el amanecer de un nuevo orden mundial.

La promesa del presidente chino Xi Jinping de orientar importantes fondos a la región –US$500.000 millones en comercio y US$250.000 millones en inversiones hasta 2025- alimentó las esperanzas de un muy esperado consenso de Pekín, en tanto China eclipsa a Estados Unidos en su propio patio trasero.

Los esperanzados podrían quedar decepcionados. Los comentarios optimistas llegan en momentos en que la economía china se desacelera y los precios de las materias primas latinoamericanas caen. Ahora China está menos ansiosa por distribuir sus reservas y más reticente con quienes le piden.

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, fue a China en busca de un salvavidas para la revolución “bolivariana”. Obtuvo de los chinos un compromiso de inversión de US$20.000 millones pero, al parecer, nada de efectivo fresco.

“El financiamiento de la infraestructura está bien pero Venezuela enfrenta una crisis monetaria y crediticia de corto plazo”, dijo Bárbara Kotschwar, del Instituto Peterson de Economía Internacional.

“Si Venezuela no les puede pagar a sus bonistas, el señor Maduro se enfrenta a una suspensión de pagos”, dijo.

Dado que el precio de su petróleo cayó un 56% desde junio, Venezuela tendrá que producir el doble de crudo para pagar sus deudas pendientes con China, casi US$50.000 millones desde 2007.

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, también llegó a Pekín en estado de necesidad. Aunque su economía está en mucho mejor situación que la de Venezuela, la caída de los ingresos petroleros y el aumento del dólar estadounidense (Ecuador dolarizó su economía en 2000) obligaron a Correa a reducir su presupuesto en US$1.400 millones en vísperas del encuentro y a aplicar importantes aranceles a las importaciones de Colombia y Perú, casi desatando una guerra comercial.

Correa se fue de la cumbre festejando los US$7.500 millones de financiamiento fresco y aún más dependiente de China, que ya posee el 30 por ciento de su deuda externa.

Sin asidero en la realidad. Jorge Guajardo, exembajador de México en China, dijo que esto no augura nada bueno para la región.

“El entusiasmo con respecto a China no tiene asidero en la realidad”, dijo Guajardo, asesor de McLarty Associates. “Los chinos tiran grandes cifras pero rara vez cumplen. Su financiamiento llega con condiciones que pocas veces les gustan a los países y a menudo desplaza a los proveedores locales. Yo les dije: ‘Hemos sido colonizados antes’”.

No hace mucho, lo que se comentaba en América era que los artículos baratos de China estaban matando la industria nacional. “¿Quiere un repuesto original o un ‘xing-ling’?”, me preguntó mi mecánico en Río de Janeiro, usando el nombre despectivo que se les da a las autopartes baratas fabricadas en China, cuando mi auto necesitaba una reparación.

Sin embargo, la mayor parte de los mercados emergentes estaban agradecidos por el interés de China en su petróleo, sus minerales y sus granos, y apreciaban el financiamiento entregado sin hacerles muchas preguntas.

De hecho, hasta ahora los bancos chinos tenían fama de apresurarse a ir a los lugares que las instituciones occidentales de préstamo no se atrevían a pisar.

Excluida de los mercados de crédito desde la suspensión de pagos de 2001, Argentina aceptó con gusto US$11.000 millones de los chinos para pagarles a los tenedores de bonos el año pasado. Ecuador hizo lo mismo después de su propio impago en 2008. Antes de eso, China adquirió participaciones accionarias en las minas peruanas incluso cuando los guerrilleros de Sendero Luminoso controlaban gran parte de las zonas rurales.

Sin embargo, China no se dedica al negocio de las indulgencias. Kevin P. Gallagher, de la Universidad de Boston, descubrió que los bancos estatales chinos a menudo les cobraban a los prestatarios latinoamericanos tasas de interés más altas que los bancos oficiales occidentales.

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Petróleo a China

Ecuador y Venezuela envían la mitad de su petróleo a los chinos. Venezuela exporta más de 500.000 barriles diarios, gran parte de ellos para pagar deudas. La deuda total de América Latina con China aumentó a US$100.000 millones desde 2005. La mitad de ese monto es para desarrollo de la infraestructura –lo que contribuirá a que vaya más petróleo, minerales y granos latinoamericanos. A los latinoamericanos les convendría ver a China como otro motor de la economía mundial.

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