Shanghái. China otorgó hoy la primera autorización para la comercialización de una de las vacunas contra la covid-19 desarrolladas en el país, una de las dos candidatas de la farmacéutica estatal Sinopharm, con vistas a administrarla de forma gratuita a los ciudadanos del gigante asiático.
Sinopharm y la subsidiaria con la que desarrolla esa vacuna, el Instituto de Productos Biológicos de Pekín, solicitaron ayer mismo el visto bueno a la Administración Nacional de Productos Médicos (NMPA) tras informar de que su eficacia era del 79,34 %, según datos provisionales derivados de la fase 3 de ensayos clínicos.
En una rueda de prensa celebrada hoy en Pekín, el número dos de la NMPA, Chen Shifei, explicó que la institución llegó a la conclusión de que “los beneficios conocidos y potenciales de esta vacuna superan a sus riesgos conocidos y potenciales” y que cumple con los estándares marcados para la aprobación condicional de su comercialización.
El subdirector de la Comisión Nacional de Sanidad, Zeng Yixin, indicó que, aunque el precio de producción irá variando con arreglo a la escala en la que se vaya empleando la vacuna, se trata de un “bien público” y que, por tanto, la premisa es que en un futuro sea “suministrada de forma gratuita a la población” de China.
El pasado mes de agosto, el presidente de Sinopharm, Liu Jingzhen, había avanzado que el precio de las dos dosis necesarias no superaría los 1.000 yuanes (153 dólares; 125 euros), una cifra que, no obstante, superaba de forma significativa a las de otros posibles sueros occidentales como los de Pfizer-BioNTech o Moderna, vacunas cuya eficacia rondaría el 95 %.
Esas dos vacunas se basan en una novedosa técnica llamada ARN mensajero en lugar del método tradicional de virus vivos o inactivados -como es el caso de la de Sinopharm-, aunque la necesidad de conservarlas a 80 grados bajo cero dificulta su distribución.