La República Popular China (RPCh) conmemoró el día primero del cursante mes el 70 aniversario del ingreso de las huestes comunistas, lideradas por Mao Tse-tung ,a la Plaza de Tianamnen de Pekín, al vencer al Ejército comandando por el generalísimo Chiang Kai-shek en l949.
La efeméride es propicia para externar reflexiones y juicios valorativos concernientes a uno de los procesos históricos de mayor relevancia y trascendencias en un país de gran presencia y referencia mundial con cinco mil años registrados de civilización, disponer de la mayor demografía planetaria, superior a los l,400 millones de seres humanos, y tercer territorio del mundo de 9 millones de kilómetros cuadrados, solo superado por Rusia y Canadá.
En esos cinco mil años de civilización, China fue regida por dinastías dominadas por emperadores y mandarines, que más que civilizar, estancaron y frenaron los impulsos creadores que pudieron catapultarla a niveles de protagonismo planetario diferente a su opaca proyección.
Constriñéndonos al 70 aniversario de la revolución comunista, precisa señalar los excesos de Mao al concluir la Larga Marcha, la Revolución Cultural y El Gran Salto Adelante, que incluyó más de 40 millones de muertos por hambrunas y fusilamientos expeditivos, retroceso histórico, hasta, hasta l989, cuando Deng Xiao-ping proclamó la tesis: “Una China, dos sistemas”, logrando mudar a Wall Street a Shanghai, iniciando la etapa de auténtico desarrollo, sacando a 700 millones de pobreza.
Evidente demostración del fracaso del comunismo, que sin la prótesis del capitalismo, resulta inviable en superación económica y libre albedrío humano.