China critica a EE. UU. por imponer controles de exportación a las ventas al gigante tecnológico Huawei

China critica a EE. UU. por imponer controles de exportación a las ventas al gigante tecnológico Huawei

BEIJING — El gobierno de China advirtió el jueves a Estados Unidos que “protegerá con determinación” a las empresas chinas, luego de que Washington etiquetó al gigante tecnológico Huawei de ser un riesgo de seguridad y de que impuso controles a las exportaciones norteamericanas.

El vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Lu Kang, calificó las medidas de un “abuso en las medidas de control de las exportaciones”, luego de que el gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó en la víspera una orden que exige a los vendedores obtener una autorización para comerciar con Huawei.

Huawei Technologies Ltd., el mayor fabricante de conmutadores para empresas de telefonía e internet del mundo, lleva una década luchando contra las acusaciones de que facilita el espionaje chino.

“Urgimos a Estados Unidos a que detenga su enfoque equivocado”, dijo el portavoz Kang. “China tomará más medidas necesarias para proteger con determinación los derechos e intereses legítimos de las empresas chinas”, agregó Lu sin ofrecer más detalles.

Lu no dio detalles, pero los analistas advirtieron que los controles de exportación amenazan con empeorar un conflicto entre Estados Unidos y China por la tecnología y el comercio.

La restricción es “una grave escalada con China que, como mínimo, pone en duda la perspectiva de que continúen las negociaciones comerciales”, dijeron los analistas de Eurasia Group en un informe.

“A menos que se maneje con cuidado, es probable que esta situación ponga a las empresas estadounidenses y chinas bajo un nuevo riesgo”, agregó el informe.

tRUMP

El decreto emitido el miércoles por Trump declaró una emergencia económica nacional que faculta al gobierno a prohibir la utilización de tecnología y servicios de “adversarios extranjeros” considerados “riesgos inaceptables” para la seguridad nacional, incluidos los que puedan servir al ciberespionaje y el sabotaje.

No nombró países ni compañías en específico, y le dio al Departamento del Comercio un plazo de 150 días para presentar regulaciones.

En una clara bofetada a Huawei, el Departamento también puso a la compañía y sus filiales en una lista que las obliga a solicitar la autorización del gobierno de Estados Unidos cuando pretendan comprar tecnología estadounidense.

Actualmente Washington y Beijing están enfrascados en una guerra comercial que refleja, en parte, una disputa por el dominio económico y tecnológico a nivel mundial, y las medidas adoptadas el miércoles incrementan las tensiones.

La orden ejecutiva atiende las preocupaciones del gobierno estadounidense de que el equipo de proveedores chinos podría representar una amenaza de espionaje a la infraestructura de internet y telecomunicaciones de Estados Unidos. Huawei, el mayor proveedor de equipo de redes del mundo, ha sido percibido como un peligro entre los círculos estadounidenses de seguridad nacional durante buena parte de la última década.

Funcionarios judiciales y de los servicios de inteligencia aseguran que el espionaje económico y el robo de secretos comerciales en China son comunes.

Sin embargo, las autoridades estadounidenses no han presentado evidencia de que algún equipo Huawei en Estados Unidos o en alguna otra parte del mundo haya sido alterado por el fabricante para facilitar el espionaje de Beijing. Huawei rechaza firmemente cualquier involucramiento con el espionaje chino.

Un alto funcionario del gobierno estadounidense, que solicitó el anonimato porque no estaba autorizado a hacer declaraciones sobre el asunto, dijo a la prensa en una llamada telefónica que la orden “no tenía dedicatoria a compañía o país alguno” y tampoco sería retroactiva. Las autoridades dijeron que prevén “controles provisionales” previos a las normas definitivas, aunque no fueron claros en este punto.

“Es una señal para los amigos y aliados de Estados Unidos de lo lejos que Washington está dispuesto a ir para bloquear a Huawei”, dijo Adam Segal, director de seguridad cibernética en el Consejo de Relaciones Exteriores.

Muchos en Europa se han opuesto a la fuerte campaña diplomática de Estados Unidos por implementar una prohibición total al equipo de la compañía china para la instalación de redes inalámbricas 5G.

El senador demócrata Mark Warner, vicepresidente de la Comisión de Inteligencia del Senado y exejecutivo de telecomunicaciones, describió el decreto como “una medida necesaria” en un comunicado que ratifica la aseveración del Departamento de Estado de que la ley china obliga a Huawei a actuar como un agente del estado. Sin embargo, advirtió que su puesta en marcha no “daña ni paraliza” las actividades legítimas de negocios.

Las principales operadoras de telefonía inalámbrica y proveedores de internet en Estados Unidos se han comprometido a no utilizar equipo fabricado en China después de que la Comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes publicó un informe en 2012 en el que señaló que Huawei y ZTE, la segunda mayor compañía de telecomunicaciones de China, deberían ser excluidas por permitir el espionaje ordenado por Beijing. El año pasado, Trump firmó una medida que prohibía al gobierno estadounidense y a sus contratistas utilizar equipo de los proveedores chinos.

La Comisión Federal de Comunicaciones elabora una norma que cancelaría los subsidios a las compañías que utilicen cualquier equipo prohibido que represente una amenaza a la seguridad nacional. Los teléfonos móviles de Huawei son prácticamente inexistentes en Estados Unidos, y la semana pasada la comisión rechazó la solicitud de una compañía telefónica china para proveer servicios en el país.

Apenas 2% del equipo de telecomunicaciones comprado por las empresas de telefonía en Norteamérica en 2017 fue fabricado por Huawei. Las consecuencias económicas internas se limitarán principalmente a las pequeñas empresas de telefonía rural para las que los equipos de Huawei son atractivos debido a su bajo costo. Esto podría hacer más difícil ampliar el acceso a internet rápido en las zonas rurales.