China está lista para ser un aliado económico principal de Cuba

China está lista para ser un aliado económico principal de Cuba

POR MARC FRANK
China llegó a Cuba esta semana con la promesa de incrementar los vínculos económicos y políticos entre ambas naciones. Completando su gira de dos semanas por América Latina, Hu Jintao, el presidente chino, llegó a La Habana después de asistir al foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) y de concretar acuerdos de comercio por valor de miles de millones de dólares con Brasil y Argentina.

Estos, a cambio, reconocieron el estatus de China como una “economía de mercado”. En su primer visita a la isla como líder de China, el señor Hu prometió “trabajar con nuestros camaradas cubanos para crear un futuro brillante de amistad y cooperación”.

El señor Hu acordó incrementar las inversiones en Cuba, y cementar un mejoramiento  estable de las relaciones chino-cubanas desde que el derrumbe de la Unión Soviética privara al gobierno del presidente Fidel Castro de su principal aliado económico. Las relaciones entre ambos países comunistas se habían deteriorado principalmente como resultado de la escisión chino-soviética a comienzos de la década de 1960. El señor Castro criticó en una ocasión a los comunistas chinos por sus “desacuerdos bizantinos” y “charlatanería académica”.

Las cosas mejoraron a finales de los años 80, cuando los regímenes socialistas fracasaron en otros países y el señor Castro alabó la represión del gobierno chino a los manifestantes pro democracia alrededor de la Plaza Tianamen. A comienzos de los 90, los embarques de arroz y las bicicletas chinas ayudaron a mantener a flote la enferma economía cubana. China es ahora el tercer socio comercial de Cuba.

No obstante, la conexión entre ambos países sigue distando de la relación de Cuba con los soviéticos.

“China no es la Unión Soviética. Su programa es incrementar gradualmente las relaciones económicas sobre una base puramente rentable y debilitar políticamente a Taiwán sin entrar en antagonismos con Washington”, dijo un diplomático asiático.

“No hay pruebas de que exista una cooperación militar o de inteligencia importante”.

El diplomático describió el encuentro entre los señores Hu y Castro como “particularmente oportuno” para el señor Castro, después de la reelección de Geroge W. Bush y otros cuatro años de sanciones contra Cuba.

China, hambrienta de minerales para alimentar su auge económico, parece estar lista para crear lo que Ricardo Cabrisas, el ministro cubano de Comercio llamó “una asociación estratégica”, particularmente en el sector del níquel.

El señor Hu y el señor Castro de 78 años, en una silla de ruedas después de hacerse pedazos la rodilla en una caída el mes pasado, presidieron la firma de una serie de acuerdos, incluyendo más respaldo a proyectos de telecomunicaciones y electrónicos.

El más importante de estos fue el acuerdo de Minmetals de China con la compañía cubana estatal Cubaníquel para producir ferroníquel, empleando una planta sin terminar en la región minera oriental de Holguín. China International Trust and Investment Corporation (CITIC), una compañía estatal china, firmó otro memorando para crear un negocio de riesgo compartido, con el fin de explorar las reservas de níquel recién descubiertas San Felipte, en la provincia central de Camagüey. Ambos negocios le darán a Cuba el 51% de las acciones y a los socios chinos el 49%.

La planta de Holguín, Las Camariocas, estaba completa en solo 60% cuando fue abandonada por la Unión Soviética. El proyecto en tres fases, por un valor de US$600 millones, llegará a producir gradualmente 90,000 toneladas de níquel y hierro al año.

Las exportaciones de níquel cubano se pronostican este año por un valor de US$1 millardo, el doble de todas las demás exportaciones juntas. Cuba intenta expandir la producción de 75,000 a 10,000 toneladas en 2007, y gradualmente, llegar a 150,000 toneladas, pero todavía tiene que firmar con inversionistas de Canadá y Europa.

“Se está hablando alrededor de cientos de millones de dólares en los proyectos de níquel. Si las inversiones se materializan, representarán un cambio en el muy cauteloso enfoque de las compañías chinas aquí”, dijo un consultor de una firma de corretaje europea radicado en Cuba.

China ha aportado cerca de US$400 millones en créditos blandos para que Cuba compre maquinaria y suministros para las comunicaciones y la electrónica. La inversión directa alcanzó menos de US$40 millones en 2003, de acuerdo con el gobierno chino. Hu también prometió promover el turismo a la isla caribeña, que está esperando 10,000 visitantes chinos este año.

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