China insiste en la “ayuda vinculada”

China insiste en la “ayuda vinculada”

Por Jamil Anderlini
En Pekín

El muy cacareado Fondo de Desarrollo China-África de US$5 millardos, presentado por Pekín como una ayuda económica, será utilizado para invertir exclusivamente en empresas chinas y sus proyectos en el continente.

Eso política de “atar” la ayuda a la compra de productos y servicios del país donante ha sido atacado por expertos en desarrollo por despilfarro e ineficaz, y la mayoría de los gobiernos donantes han ido abandonando la práctica.

El Banco de Desarrollo de China (BDC), un banco estatal, debía iniciar la fase del primer millardo de dólares el martes, para las empresas chinas cuyos “negocios y actividades económicas han llegado o llegarán a África”, además de para compañías y proyectos en África en las cuales las empresas chinas han invertido, de acuerdo con el mandato oficial del fondo.

Las inversiones se concentrarán en compañías y proyectos relacionaos con los recursos naturales, además de infraestructura, agricultura, manufactura y parques industriales establecidos por las compañías chinas en África, dijo el banco.

La ayuda vinculada ha sido un rasgo característico de la ayuda europea, estadounidense y japonesa a los países pobres durante décadas. Pero más recientemente,   han ido descartando esas condiciones impuestas, ante la evidencia de que atar de esa forma la ayuda reduce su eficacia hasta en una cuarta parte.

Daniel Large, un investigador de las relaciones China-África en la Escuela de Estudios orientales y Africanos en Londres, dijo: “Este fondo fue anunciado como una ayuda económica con mucha fanfarria el año pasado, pero en realidad se parece más a lo mismo y está muy anclada en los intereses de China”. 

Hu Jintao, el presidente de China, anunció los planes para este fondo en noviembre del año pasado, en la Cumbre de Cooperación China-África, en Pekín.

En la mayoría de la ayuda a África, Pekín requiere que la construcción de infraestructura y otros contratos se dividan, con 70% para las compañías chinas “aprobadas” –en su mayoría estatales, y el resto para firmas locales muchas de las cuales forman también en “joint ventures” con grupos chinos.

El nuevo fondo “encarnará las políticas económicas y diplomáticas del gobierno de China hacia África”, según expresa el documento de presentación.

Muchos grupos de ayuda y otros grandes donantes critican a Pekín por su apoyo a regímenes cuestionables, como el de Sudán y otros lugares, y dicen que estas políticas están encaminadas exclusivamente a garantizarse el petróleo y los recursos minerales con pocas preocupaciones por las consecuencias ambientales y sociales.

Las recientes demostraciones  de China han sido bien recibidas por algunos gobiernos africanos, porque la construcción de infraestructura y otra ayuda china viene con pocas de las ataduras de gobernabilidad y derechos humanos que le adjuntan  los donantes occidentales.

El BDC administrará el Nuevo fondo sobre una base semi-comercial, al tomar acciones corrientes y participación quasi-accionaria en las firmas chinas que hacen negocios en África.

En una reunión del Banco Africano de Desarrollo en Shanghai el mes pasado, China dijo que quería aportar cerca de US$20 millardos en infraestructura y financiamiento comercial a África durante los próximos tres años.

VERSION IVÁN PÉREZ CARRIÓN

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