China prefiere el poder a la ley

China prefiere el poder a la ley

POR KEITH BRADSHER
HONG KONG.-
Desde compras de juguetes pequeños hasta servicios de superbuques tanque, los contratos en China frecuentemente son redactados de manera que las disputas deban ser resueltas bajo la ley de Hong Kong y en tribunales de Hong Kong, aun cuando las partes involucradas sean compañías de la zona continental.

Esta dependencia por parte de los chinos del vigoroso sistema legal de Hong Kong ha dado esperanza a los optimistas de que la parte continental, donde el Partido Comunista aún ejerce la autoridad final, inevitablemente acepte el régimen de derecho. Señalan que el partido necesita atraer crecientes cantidades de inversión extranjera para avivar el crecimiento económico que sustenta su poder, pero los inversionistas quieren saber que sus derechos serán confiablemente protegidos por las leyes.

Pero la visión optimista se ha visto sacudida en las últimas dos semanas, en formas que han alarmado a abogados aquí y han subrayado cuán lejos está la China continental de comprender la necesidad de un sistema legal fuerte.

Las autoridades de Pekín han forzado al gobierno del territorio a cambiar de opinión sobre un asunto constitucional crítico acortando el mandato del director ejecutivo de Hong Kong de cinco a dos años. El ejecutivo es seleccionado por el Comité Electoral, la mayoría de cuyos integrantes son fuertemente leales a Pekín. Esto atará al próximo líder, y por lo tanto la forma en que funciona el territorio, mucho más estrechamente al continente.

La Ley Básica, la mini-constitución de Hong Kong, evidentemente dice que el director ejecutivo debe cumplir un mandato de cinco años, dijo Andrew Bruce, vicepresidente de la Asociación de Abogados de Hong Kong. «Es tan claro como el día, y el argumento de que algunos otros sistemas deberían aplicar es simplemente inválido», dijo.

El interrogante es por qué Pekín parece estar tratando sin miramiento a Hong Kong, dada la publicidad negativa que resultará. Una sesión del Congreso Nacional del Pueblo, que concluyó el 14 de marzo en Pekín, fue notable por las entusiastas declaraciones de los diputados y expertos legales por igual sobre la importancia del sistema legal chino.

Algunos analistas dicen que, aun cuando los líderes de China están contentos de alentar debates abstrusos sobre la ley, siguen poco dispuestos a discutir una cuestión fundamental: ¿El gobierno debería ser capaz de pasar por encima de la ley cuando lo desee, o, como en una democracia, deberían ponerse límites al poder del gobierno?

Particularmente inquietante para los abogados ha sido la afirmación del gobierno aquí de que el sistema de ley común no debería aplicar a la Ley Básica, que fue redactada por abogados chinos hace 15 años. Elsie Leung, secretario de justicia, ha afirmado que la interpretación de la ley debería basarse más bien en el sistema legal del continente, que proporciona amplio espacio para que los jueces y expertos analicen la intención de los hombres y mujeres que redactaron la ley.

Dos expertos legales continentales han dicho que recuerdan haber discutido mandatos más cortos a fines de los años 80, aun cuando la discusión no se refleja explícitamente en la Ley Básica.

Los líderes empresariales de Hong Kong, a diferencia de muchos abogados, hasta ahora parecen poco afectados por el asunto. John C.C. Chan, el director administrativo de Kowloon Motor Bus Co. Ltd., una de las compañías de transportes más grandes aquí, dijo que veía la disputa como un asunto de políticos, no una amenaza para el sistema legal según se aplica a los tratos empresariales.

«No hay riesgo de que la ley no aplique a los contratos», dijo.

Pero los asuntos legales, financieros y políticos no siempre son tan fáciles de separar. Se suponía que Hong Kong, que se unió de nuevo a China en 1997, tras estar en manos británicas desde 1841, disfrutaría de un alto grado de autonomía durante los 50 años siguientes, según los términos de la entrega del territorio.

Pero ahora, uno de los mayores riesgos para Hong Kong pudiera ser la parálisis institucional, conforme líderes de corto plazo se vuelvan renuentes a seguir políticas audaces que pudieran poner en peligro su reasignación.

Por ejemplo, Henry Tang, el secretario de finanzas y probable candidato este verano o en 2007 para convertirse en director ejecutivo, presentó un presupuesto el miércoles digno de mención por su falta de nuevas políticas. A la mañana siguiente, The Standard, un periódico local, publicó una caricatura política que lo muestra paralizado mientras dos grandes serpientes se enroscan alrededor de él, una con la etiqueta de «opinión de Pekín» y la otra de «opinión pública». Tang declara: «Sólo me pueden ver si me muevo».

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