CARACAS. AFP. El vicepresidente chino Li Yuanchao concluye hoy una gira latinoamericana que lo llevó a Argentina y Venezuela, donde el gigante asiático busca reforzar su presencia estratégica en busca de fuentes seguras de abastecimiento de alimentos y energía, además de analizar nuevas inversiones y créditos al gobierno venezolano.
Li se despide de Caracas luego de una visita de cuatro días durante los cuales se entrevistó con el presidente Nicolás Maduro y miembros de su gabinete, además de recorrer los distintos proyectos en los que participan ambos países, principalmente en los sectores petrolero, agrícola y de vivienda.
«La relación con China es estratégica, no sólo para el gobierno, sino para el pueblo venezolano. Vamos a profundizar, a optimizar y a hacer más útil esta relación para ambos pueblos», dijo el vicepresidente venezolano Jorge Arreaza junto a su invitado.
El gigante asiático se ha convertido en los últimos años en el principal destino de las exportaciones de materias primas de América Latina, que a su vez se ve invadida por productos chinos de bajo costo, principalmente electrodomésticos y vehículos.
La primera escala de Li fue Argentina, donde firmó acuerdos para promover la cooperación en los terrenos agrícola, de justicia y educación, además de que reforzó sus lazos políticos con la presidenta Cristina Kirchner, que en la crisis mundial de 2009 restringió importaciones chinas para proteger a la industria nacional, lo que lesionó la relación.
Esta visita de Li a Argentina y Venezuela se enmarca en la estrategia de China «de buscar acuerdos que les permitan acceder a recursos naturales, sean alimentos o energéticos», comentó a la AFP vía telefónica el economista Gabriel Monteni, de la Cámara Argentina de Comercio, con sede en Buenos Aires.
Para el analista, China busca encontrar en Argentina una garantía de alimentos como soja, el producto clave en las exportaciones al mercado chino. «Entre mayo y agosto de 2012, la temporada de cosecha de la soja, se alcanzaron (en exportaciones argentinas) los 900 millones de dólares, de los cuales 600 eran de soja a China», explica.
En el caso de Venezuela, el país con mayores reservas petroleras en el mundo, China se ha convertido, después de Estados Unidos, en su segundo mercado con una exportación en 2013 de 626.000 millones de barriles diarios, en parte para saldar su deuda crediticia por más de 30.000 millones de dólares.
Para Henkel García, director de la firma venezolana Econométrica, la visita de Li a Venezuela fue una suerte de auditoría sobre las inversiones chinas y los posibles créditos que podría otorgar a un país que depende altamente de las importaciones en medio de un control de cambio en el que el dólar se cotiza oficialmente en 6,3 bolívares, pero que en el mercado paralelo alcanza precios muy superiores.
«Los chinos siempre han sido muy cuidadosos de vigilar que los recursos que prestan sean destinados a proyectos, a inversiones, y no que terminen en cuenta corriente, lo que podría ocurrir en este caso porque la demanda de divisas es infinita», comentó García a la AFP.
Los empresarios venezolanos, explicó, estaban a la expectativa de que se discutiera un nuevo crédito para Venezuela, que constituiría un «tanque de oxígeno» para la economía, «pero no se hicieron anuncios, ni siquiera hubo filtraciones», añadió.
Venezuela también espera un financiamiento chino para el sector petrolero por 4.000 millones de dólares, anunciado en agosto de 2012 pero cuya firma definitiva y fecha de desembolso se desconoce.
Uno de los objetivos de esta visita es garantizar que «Venezuela es un suplidor confiable y seguro de petróleo a China (…) y hemos acordado todos los términos para firmar el documento que permita el financiamiento» de los 4.000 millones, dijo el miércoles el ministro de Petróleo, Rafael Ramírez, sin dar detalles de fechas, salvo que prepara una «próxima visita» a Pekín.
Ramírez visitó junto con el vicepresidente Li la Faja del Orinoco, en el suroeste venezolano, que alberga las mayores reservas de petróleo pesado del mundo y donde ambas naciones explotan un campo de crudo con una participación 60% venezolana y 40% china.
«Es evidente que el vicepresidente vino a definir las condiciones de esa inversión, a exigir ciertas cosas al gobierno venezolano. Para Venezuela, es vital renovar los créditos y las inversiones chinos», añadió García.
En marzo pasado, la Agencia Internacional de Energía evocó posibles discrepancias entre ambos países en el marco del acuerdo petróleo por créditos y en el que Venezuela no cumpliría en los plazos previstos ni con el volumen ni con la calidad del crudo pactado, versión que fue rechazada por Caracas.