China tiene razón en restringir ofertas de criptomonedas

China tiene razón en restringir ofertas de criptomonedas

La declaración hecha por el banco central de China ayer lunes de que las ofertas iniciales de monedas (ICO, por sus siglas en inglés) son ilegales y deberían detenerse inmediatamente no debería sorprender a nadie.
Beijing venía armando un plan para controlar el auge de las criptomonedas de este año. La semana pasada, QQ.com informó que las autoridades se reunieron con los jefes de los órganos de vigilancia de valores y la banca.
La Asociación Nacional de Finanzas de Internet, apoyada por el Gobierno, también había advertido que las ICO presentan un riesgo financiero y podrían perturbar el orden socioeconómico.

En los países desarrollados, quizás los lectores se rían un poco ante la noción de “perturbar el orden socioeconómico”; en China, es una acusación grave.

Las autoridades chinas han permitido que el bitcoin florezca casi sin ponerle trabas. Es cierto que este año los entes reguladores habían manifestado su inquietud con que la moneda digital ayudara en la fuga de capitales y el lavado de dinero restringiendo los retiros. De todas formas, su enfoque generalmente no intervencionista permitió que China se transformase en un centro global del comercio y la minería (el proceso mediante el cual se verifican las transacciones).

Los libertarios condenan los controles limitados impuestos por China sobre el bitcoin, mientras que otros sostienen que la regulación confiere legitimidad. Los que creen que el Gobierno ha sido torpe tienen que echar un vistazo a los controles cambiarios y de capital del país.

Al prohibir las ICO, los reguladores adoptan una postura respecto a ese método de recaudación de fondos mucho más firme de la que tuvieron frente al bitcoin. Las ofertas se estaban descontrolando tanto que la cosa se estaba volviendo un cliché. Ya escribí sobre por qué esas nuevas fichas son como las acciones que valen centavos (y eso es bueno), así que no voy a fustigar con ese argumento. Pero mientras que el bitcoin es solo una criptomoneda apuntalada por un argumento de demanda, la mayoría de las nuevas divisas virtuales emitidas este año no vale nada. Que quede claro: no es que la mayoría de esas monedas nuevas valga poco; la mayoría no vale absolutamente nada.

Cerca del 10 por ciento del dinero acumulado en ICO con base en el ethereum fue robado por delincuentes cibernéticos, según una estimación reciente de Chainalysis. Para agosto, las pérdidas por delitos cibernéticos ascendían a US$225 millones, escribieron los analistas de monedas digitales. Y la suma no cuenta todo el dinero que fluyó a monedas virtuales que no fueron robadas, solo el que financió estafas o proyectos sin futuro.

El problema es que algunas ICO, financiadas por modelos de negocios viables, podrían valer muchísimo. Pero considerando los miles de millones de dólares invertidos en ofertas de monedas este año, la creciente popularidad de ese modelo de financiamiento entre varios tipos de empresas y el riesgo de contagio por una posible polinización cruzada, el Gobierno chino tiene razón en querer evitar el tipo de turbulencia que podría conllevar una tasa de quiebra del 90 por ciento.

Un colapso de las ICO podrá acarrear pérdidas y romper corazones, pero Beijing demostró que se concentra en preservar una cosa sobre todo lo demás: la estabilidad.

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