La muestra de diminutos dibujos toca las ambiciones, las convenciones de la cultura

El primer motivo que tuvo José Ramia Guzmán para abrir la exposición de microdibujos “Chiquita” fue sacudirse de las comunes comparaciones dimensionales, y el segundo, llamar a reflexionar sobre el tamaño en el arte y en la vida ¿Qué tan importante es ser grande, espectacular? ¿Esto es siempre sinónimo de calidad, de más valor?

Al interés de humanizar, de llamar a sopesar las cualidades, a ir más allá de las apariencias, está unida a la necesidad de montar una exhibición divertida, que saque al espectador de la cotidianidad de la pandemia. Sí, porque divertirse es necesario.

Estas razones son la matriz del abarcador proyecto del que Ramia Guzmán afirma incluso sus precios son “chiquitos” y permiten adquirir una de esas bellezas.
¿Un metamensaje sobre la diversidad? ¡Así es! responde raudo el artista. Como caballo de Troya. Es una inspiración hija de la libertad.

“Muchos aspectos que antes veía como defectos, hoy los veo como lo que en realidad son: cualidades. En arte grande es un calificativo sinónimo de importante, y pequeño de obras y artistas a los que no hay que prestarles mucha atención. Pero el arte no debe ser de un modo o de otro”.

Asegura que con esta exposición queda liberado de camisas de fuerza y que además toca las ambiciones, las convicciones de la cultura machista que permea tanto la vida como el arte, al perseguir lo grande.

El trabajo empezó en enero por diversión, con 20 piezas, pero al autor las halló tan lindas que “mutó” a una muestra aún menos convencional de 70. Decidió continuar así su exhibición de 2017 “Una pequeña exposición”, donde el tema fue tamaño y cantidad, cinco pinturas en formato 40 x 30 pulgadas.

El desayunador es su “taller chiquito”, la cuna de esta singular entrega, por vez primera presentada en el país y que causó tanta sensación que algunos compradores decidieron llevarse las suyas en el momento. Dos son niños de dos años, y es su primera compra de obras de arte.

Esto hizo de Chiquita un espectáculo para ver muchas veces, porque varía en la medida en la que las pieza son vendidas. Sin embargo, el mensaje y el concepto es inmutable, porque el tamaño es el mensaje.

En la vida del artista esto es muy significante. La exposición es una con su creador. “Varía sin dejar de ser, como yo”.