Chismes del siglo XVI

Chismes del siglo XVI

He topado por casualidad con un breve libro de Flérida de Nolasco, titulado “La Catedral de Santo Domingo”, publicado por Editora del Caribe C por A en 1965. Lleva una dedicatoria de la autora, quien supuso, en aquella época, que mi “amor al estudio” haría “honor a la familia”, esto es, a nuestra familia común. Siento mucho que tal vez haya defraudado a esta admirable mujer, conocedora de la música, de la historia dominicana, estudiosa y devota de Santa Teresa de Jesús. Mi esposa encontró el libro y lo puso en la mesa, frente al computador; saliendo para la oficina, tomé el escrito y empecé a leerlo durante el trayecto hasta el Ministerio de Cultura.

Las personas que han nacido o vivido en la ciudad colonial de Santo Domingo, aunque no sean historiadores de profesión, no pueden escapar del influjo de los chismes políticos del siglo XVI. Si además de eso, les toca trabajar con asuntos del Patrimonio Cultural, como es mi caso, les sorprenderá el papel preponderante de los arquitectos a lo largo de cinco siglos de invasiones extranjeras, dificultades económicas y dolores administrativos. Dice doña Flérida que en 1527 “había llegado Rodrigo de Liendo, arquitecto contratado por los mercedarios para hacer su iglesia de Santa María de la Merced”.

“Luis de Moya fue el primer maestro encargado de dirigir la fábrica de la Catedral. Más tarde, en 1534 es nombrado Rodrigo de Liendo primer maestro de la Fortaleza, y en 1539 maestro mayor de la Catedral. De Liendo se dice en 1555 que “ha servido 16 o 17 años en el dicho oficio que hoy sirve”. La noticia de que el arquitecto de la Catedral Sevilla fue el mismo de la Catedral de Santo Domingo, ha sido rectificada”.

Las intrigas políticas de los primeros colonizadores de La Española son tan espeluznantes como las de los siglos XIX y XX. Los procesos judiciales posteriores al mandato del gobernador Ovando, son parecidos a los que vemos en nuestros días. Parece que una “gelatina histórica” cubre esta tierra y dificulta su desarrollo social. Finalmente, aprendí que Fray Pedro de Córdoba llegó a la isla con 28 años, en 1510; murió en 1521, según Las Casas. ¡Demasiado joven!

 

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