Merengueros cambien las pilas por otras de mayor carga, porque se quedan postergados mientras los de otros géneros le comen los caramelos. Es el momento de unirse y buscar la forma de permanecer en la radio y en los premios.
Por lo que se nota en los Grammy y en otras distinciones, al merengue lo están poniendo en la orilla, como por sacarlo.
Mientras los pocos merengueros que suenan no hagan algo rápido, los del hip-hop y el reggaetón van ganando espacios.
Llegó el momento de administarse, de saber trazar pautas para no desaparecer. No coman bolas, que en las polémicas no es que está la solución. Si dejan pasar el tiempo, vemos feo el futuro del ritmo. La radio tiene en parte culpa.