Cien amigos dicen que harán fila si es necesario para ver la revista cubana Caribe, sol y son, que este fin de semana se presenta en El Maunaloa. El interés, según especifican, es ver la forma de bailar de las chicas. Una licuadora en la última velocidad es poco.

Las puertas de la Máximo Gómez que dan acceso al Teatro Nacional permanecen cerradas y hay que dar tremenda vuelta por la Pedro Henríquez Ureña o la César Nicolás Pensón.

Nos cuentan que hay funcionarios que no quieren pagar por las boletas, pero sí ver los conciertos en el Teatro Nacional cómodamente en sillas extras colocadas en los pasillos y en la parte de atrás, lo que no comparten quienes contratan a los artistas.

¿Cuándo abrirán el Palacio de Bellas Artes? Háganlo por favor, pues así tenemos otra sala.

Nikauly de la Mota invitó a las 7:00 de la noche a una rueda de prensa para dar a conocer la agenda del 2005. La muchachona llegó a las 8:15. ¿Puntualidad?

Frank Reyes tiene un yipetón y es tan grande que puede ir con los músicos y sobra espacio. Una adolescente preguntó el precio y la respuesta fue de más de cinco millones de pesos. A la pobre chica le dio un mareo.

Con este fin de semana tan largo y con tanto trabajo para nosotros, nos queda decir: Estudiamos periodismo y esa es la labor. No importa, veremos desde lejos a los que se van a las playas y a las montañas. ¡Cuídense!

Un pasaporte a la conquista es la televisión, así creen algunas jóvenes que quieren tener a corto tiempo las ganancias de las que admiran. Así no.

El lunes Don Omar le cantará a las dominicanas: Vuelve que sin ustedes la vida se me va. ¿Participará Aljadaqui, sí o no?