Jochy Santos sigue de fiesta con la celebración del sexto aniversario de su Divertido con Jochy, programa que en Telesistema cumple su primer año. El pasado sábado tiró la puerta por la ventana. Jochy felicidades, Chachita te manda flores.

Y a la rapera Lil´ Kim se la pusieron difícil al ser declarada culpable de mentir a un jurado de instrucción federal. La pena máxima por mentir es de 20 años de prisión.

A la raperita, como le dicen, le encanta usar poca ropa, tan poca, que deja ver la sombra. Si la mandan para la chirola sabrá lo que es bueno.

Se ha armado un tremendo lío por la prohibición del tema Tengo la camisa negra, de Juanes. Los colombianos condenan la actitud de Espectáculos Públicos, porque no le encuentran vulgaridad a las letras que dicen: Debajo de la camisa negra tengo el difunto para enterrártelo cuando tú quieras mamita.

Si Juanes quiere sonar la canción tendrá que editar lo de la enterradera, porque ni es zacateca ni la muchacha es cementerio. Uno nunca sabe, en este tiempo moderno.

Irka Mateo viajó a México con su grupo para presentarse en los actos de la cuarta semana cultural de la Embajada Dominicana.

El actor Robert Blake (Baretta), luego de ser acusado de asesinar a su esposa Bonny Lee, salió tranquilo del problema. Gastó 10 millones de dólares, quedándose sin un chele ni para tirarlo al aire y ver si cae cara o cruz. Tiene suerte, porque se creía que era culpable.

En los conjuntos típicos hay una guerrita que está dañando el negocio. Cuando un grupo es estable, viene otro y le ofrece mayor cantidad de dinero a los músicos, los que se van sin mirar atrás. ¿Ingratos?

Primero le tocó a El Prodigio y ahora a Yovanny Polanco, quien regresó de una gira por Estados Unidos. Esos músicos no son paja de coco.

Vickiana, la misma maídita, decidió dejar el país por unos días y hacer conciertos en Boston, Providence, Nueva York y Atlanta. La cantante de Rata de dos patas estrenó el merengue típico Quiero un hombre.

Vickiana maltrata a los hombres cuando les llama ratas, pero no puede vivir sin ellos. Una cosa es la canción y otra la realidad de una necesidad. Esa cibaeña es fuego.