El que no baila mañana es un aburrido, un falta de alegría y un daña fiesta. Hay que despedir el año y celebrar que tenemos la dicha de ver el 2006.

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Si tiene que comerse 24 y no 12 uvas cómaselas, pida dobles deseos. Hay que reconocer que el viejo año tuvo sus inconvenientes. Si nos llevamos de los economistas, el 2006 será peor. Quiera Dios que se equivoquen.

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Hay unos teóricos que cada cuatro años, dependiendo del partido que esté en el poder, hacen pronósticos que alocan a cualquiera.

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Hay quienes se preguntan qué fue lo que le dio a Luis Manuel Aguiló, que decidió no estar como presentador de “Roncierto”. Él asegura que tiene otros compromisos. ¿Es la verdad?

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Después que vengan Los Reyes Magos no hay para nadie, pues ahí finalizan las fiestas, los canes y las celebraciones. Que nadie espere a la Vieja Belén, porque la pobre tiene serio compromiso de cuidar unos muchachos más malcriados que la enana de Cristo Rey.

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A propósito, la Vieja Belén se ganó el rechazo de los muchachos. Los padres fueron los culpables, porque al no pasar Los Reyes Magos, decían: “No se preocupen, que algo les deja la vieja”. Y lo malo era que la pobre viejita traía una maraquita cuando ya ningún amiguito tenía deseos de jugar.

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Con razón hay quienes se alegran del modernismo. Ahora no hay un niño al que se atrevan a decirle que sus juguetes los trae la Vieja Belén.

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Mildred Quiroz sigue tan elegante como antes de irse a Italia. Y es que tiene su “swing”. En dominicano: está buena. Dichoso el hombre que pueda posar su mirada en tan formado cuerpo.