Hoy 
Hay que estar vivo para ver barbaridades. Nunca nos íbamos a imaginar que un tenor abandonaría una ópera en Roma, porque el público le silbara como protesta por su pobre actuación.
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Fue en nada más y nada menos que en la ópera “Aida”, que el tenor Roberto Alagna saliera del escenario más de prisa que de carrera, como si mil abejas lo persiguieran. El cantante molesto se olvidó de la disciplina y se alejó.
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Parece que a la presentación de “Aida” le cayó polilla, porque al correr el tenor Alagna con todo y vestuario, entró el sustituto en jean y camiseta. Que Dios nos ayude, que nos ampare frente a tanto escándalo.
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Mildred Charlot, que cada día está más elegante, es una de las mujeres más envidiadas. Con un piquito de los 30 y mucho menos de los 40, no hay muchachita que se le pare al lado. La arruina.
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El guitarrista Anthony Ocaña tiene presentación el viernes en Café Concierto La Fídula‚ en Madrid. El dominicano cuenta con un buen público que acude a sus recitales.
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Hay paracaidistas (los que asisten a ruedas de prensa y actividades a las que no son invitados) que beben hasta emborracharse. Ya lo de comer es una rutina.
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Hay uno que con el jumo se pone a hablar solo y por lo que se nota en los gestos, parece que se incomoda, se pone contento, triste y de mil formas más. Se concentra tanto en el jumo que se olvida de los demás. Después de beber y gozar solo, se para, va al baño a lavarse la cara y regresa nuevo. Sigue el glugluglú.
