Las que se llaman Mercedes celebraron ayer su día. Algunas hicieron fiestas. Sabemos de una que se pasó de tragos y se puso a recordar a Pedro, quien se le fue con Altagracia.
El amargue fue notorio y por más azúcar que le dimos, no hubo forma de hacerla cambiar. Todavía ama a Pedro, aunque ayer le llamara inservible, estúpido y poco hombre. ¡Ofrézcome!
Una mujer despechada no es nada fácil, y si inclina el codo es peor. Las cosas del amor no están escritas.
Por la forma del presidente Leonel Fernández verse en fotografías lanzando la bola en el juego de los Yankis de Nueva York, parece que cuando joven no jugó ni vitilla.
Salma Hayek está feliz, pues es madre. La actriz quería que Dios le permitiera realizarse como madre.
Con la muerte del mimo francés Marcel Marceau, el espectáculo está de luto. Como él nadie. No tiene sustituto.
Muy buena medida la de Amet, de publicar los nombres de los choferes y conductores que crucen en rojo los semáforos y no asistan a las charlas. Quizás tengan vergüenza y no vuelvan a irrespetar las leyes de tránsito.
Una señora, con dos niños brincando en el asiento trasero del vehículo, se merece una pela. Iba por la 27 de Febrero a exceso de velocidad. Así como ella, vimos a un bárbaro insultar a otro sin tomar en cuenta que llevaba a su niña al colegio.