Juan y su mujer estaban recogiendo los trastos en el desván y encuentran un recibo de una zapatería. La fecha señala que el recibo tenía once años. Los dos se rieron e intentaron recordar cual de ellos se había olvidado de recoger el par de zapatos.
¿Será posible que todavía tengan los zapatos? le pregunta Juan a su mujer.
– no lo creo responde su mujer
Vale la pena ir a ver dice Juan, metiendo el recibo en el bolsillo y con eso, se va a la tienda.
Al llegar a la zapatería le da el recibo al dependiente. El dependiente voy a buscarlos.
Y con eso desaparece para buscarlos.
Después de un rato, Juan oye la voz del dependiente:
¡Aquí están!
¿De veras? dice Juan.
¡Qué suerte! No me lo creía después de tanto tiempo.
El dependiente vuelve al mostrador sin los zapatos y le dice:
Estarán listos para el jueves.
Manolo fue el martes a la zapatería.
Después de probarse unos cuantos pares, eligió unos italianos, muy elegantes.
Al entregárselos, el empleado le advirtió:
Señor, este tipo de zapato suele apretar bastante en los primeros cinco días.
No hay problema, respondió Manolo no los voy a usar hasta el próximo domingo
Entra un tío en la zapatería de El corte inglés y dice al dependiente: perdone, ¿tiene zapatos del 36?
Y el dependiente con una sonrisa le responde;
No, zapatos que tenemos son de después de la guerra.
Un hombre va al medico y dice al doctor:
Doctor, tengo un serio problema, no sé decir zapato.
Y el médico le responde:
Pues yo veo que lo pronuncia bastante bien.
¡Que no, que no! Que es que yo no sé decir zapato.
Pues yo no le noto nada extraño responde el médico
A lo que el paciente responde:
¡Verá! ¿Cómo se lo explicaría yo?… lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, zapato y domingo.