Choque en Ohio, lección a jóvenes y sus padres

<STRONG>Choque en Ohio, lección a jóvenes y sus padres</STRONG>

NUEVA YORK. AP. Hubo mentiras a los padres, un vehículo de cinco asientos en el que viajaban ocho adolescentes y una conductora sin licencia que lo manejó a alta velocidad. Nadie tenía ajustados los cinturones de seguridad.   

Si los padres de adolescentes necesitan una historia de la vida real con moraleja para sumarla a todas sus advertencias y temores, seguramente lo es el choque de un auto robado en Warren, Ohio, en el que murieron seis jóvenes.  

“¿Escucharon esa noticia?”, preguntó a sus hijos Daniel Flannery, un residente de Ohio y padre de tres adolescentes, tras publicarse la tragedia.

“Esto les podría suceder a ustedes. Es horrible. Estos chicos no van a regresar a casa. No quiero que ustedes sean esa persona”, agregó.  

Mario Almonte, de Queens, Nueva York, dijo que él y su esposa también hablaron sobre el accidente con su hijo adolescente, quien está cerca de recibir la licencia de manejo. “Señalamos esta tragedia y mencionamos que él no debía pensar que algo como esto nunca le podrá ocurrir”, comentó Almonte.

“En ocasiones sólo se necesita una mala decisión para terminar en tragedia”, añadió.   

Desafortunadamente, los choques con muerte de varios adolescentes no son algo inusual. 

Cinco adolescentes murieron el martes en un accidente en Texas; tres fallecieron en Indiana la semana pasada y cuatro murieron el mes pasado en un choque en California.

Sin embargo, un aspecto de la historia de Ohio puede ser especialmente convincente para los padres involucrados en las batallas usuales con adolescentes sobre a dónde van, con quién están y cuándo van a regresar a casa: Algunos de los chicos engañan a sus padres sobre su paradero.  

El padre de uno de los muchachos fallecidos dijo que los adolescentes regresaban a casa tras pasar la noche en la casa de un amigo, pero la madre de otro chico muerto dijo que su hijo y el mejor amigo de éste le mintieron acerca de que permanecerían en la casa del otro esa noche.

Ella afirmó que creía que fueron a una fiesta.

“Si sólo hubiera escuchado”, lamentó Lisa Williamson, madre de Brandon Murray, de 14 años.   

“Es cosa antigua que los adolescentes digan a sus padres que van a hacer una cosa y acaban haciendo otra”, dijo Daniel Flannery, un psicólogo que imparte clases en la Universidad Case Western Reserve en Cleveland.

Él incluso admite que sus propios hijos, “aunque son muchachos muy buenos y excelentes estudiantes, en ocasiones hacen cosas que saben que no aprobaremos y nos engañan”.

Agregó que, al igual que la mayoría de los padres de adolescentes, ha recibido su ración de llamadas de otros padres preguntando, “¿está mi hijo en su casa?”.

Aunque no es nuevo que los adolescentes mientan a sus padres, el resultado fatal de este caso y otros recientes han llamado la atención.

 

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