Choque petrolero permanente

Choque petrolero permanente

RAMÓN NÚÑEZ RAMÍREZ
Las economías de los países no productores del crudo han sufrido desde la década de los setentas por lo menos seis choques petroleros después de los cuales sucedían periodos de estabilidad o descenso en los precios, sin embargo en la actualidad una serie de factores simultáneos están contribuyendo a un choque petrolero permanente sin que a la vista se perciba un periodo de alivio.

El petróleo representa el 40% del consumo total de energía en el mundo y cualesquiera que sean las innovaciones aportadas al sistema de producción, el petróleo seguirá siendo durante los próximos 30 años la primera fuente de energía primaria.

Los expertos estiman que la demanda mundial debe aumentar 50% en los próximos 20 años y el crecimiento de la demanda asiática, con países emergentes como China y la India, será decisiva en la medida que el aumento del consumo de estos países se eleve en 60%. El aumento mundial de la demanda representa uno de los principales factores que impulsan los precios del crudo.

Del lado de la oferta la OPEP, que aporta el 40% del consumo mundial, incrementó la producción a 29.6 millones de barriles por dia. Los analistas estiman la OPEP solo dispone de un margen de 1.4 millones de barriles adicionales, de los cuales la mitad es en Arabia Saudita y el resto en Irak. Los países productores que no forman parte de ese cartel, especialmente Noruega y Rusia, producen a su máxima capacidad. A esta imposibilidad de incrementar a corto o mediano plazo la producción se agrega que las refinerías a nivel mundial, incluyendo los Estados Unidos, funcionan a plena capacidad y presentan dificultad para satisfacer la demanda de gasolina, razones por las cuales su precio se ha disparado.

Aumento de la demanda, estancamiento de la oferta y a esto se suman las incertidumbres geopolíticas como la inestabilidad en Nigeria, los ataques terroristas a las instalaciones en Irak, potenciales ataques contra las instalaciones en Arabia Saudita, crisis del gigante petrolero Ruso Yukos, las tensiones entre Estados Unidos y Venezuela, así como también Estados Unidos e Irán.

El dólar llegó a cotizarse este año a una cota histórica de 0.74×1 frente al Euro y aunque la devaluación se ha reducido también constituye otro factor de encarecimiento del crudo, así como también las apuestas especulativas de los grandes jugadores en los mercados mundiales.

El petróleo ha incrementado su precio en 38%, tomando como referencia los US$60 el barril alcanzado la pasada semana por el crudo West Texas, sin embargo la demanda global no se ha afectado y dado que la oferta no podrá aumentar a corto o mediano plazo, las perspectivas, de acuerdo a los analistas, es un largo periodo con precios elevados, incluso con tendencia a superar record históricos en el invierno.

La República Dominicana, importador neto de petróleo, pagó el año pasado una factura de US$1,667.2 millones con un precio promedio de US$37 el barril, para este año, con precios promedios superiores a los US$50 el barril, la factura petrolera podría superar los US$2,200 millones, cifra cercana al 10% del PIB.

Gracias a los acuerdos concertados con Venezuela el país disfruta de un financiamiento del 25% y la posibilidad, con la participación en Petro-Caribe, de un aumento del financiamiento hasta 50% de la factura en el caso de que el barril llegue a los US$100. Por supuesto la sostenibilidad de este tratamiento favorable esta sujeto a la permanencia de Hugo Chávez en el poder o a la contingencia de que el péndulo geo-político nos obligue en algún momento girar hacia el lado norteamericano en la confrontación que el grupo dominante en los EU mantiene frente al Presidente Venezolano.

Independiente del financiamiento Venezolano gobierno y sociedad están obligados a trazar una estrategia energética de largo plazo dirigida a estimular, mediante la reforma del sector eléctrico, la conversión de todas las plantas a carbón y gas natural, a otros inversionistas apostar a plantas solares y eolicas, desgravar componentes y productos terminados para hacer rentables las instalaciones domesticas de celdas solares y pequeños molinos de viento, a la vez que se exploran las fuentes multilaterales de financiamiento para desarrollar la mayor cantidad de proyectos, medianos, pequeños y micros, de aprovechamiento hidroeléctrico.

En el caso de nuestro costoso transporte individual, la producción de alcohol para mezclarlo con gasolina, una tecnología probada en Brasil, debe pasar de la retórica a los hechos y aprovechar la cooperación de esa nación para instalar las industrias que aprovechen como insumo la caña de azúcar.

En los anteriores choques petroleros los gobiernos se limitaron a pasar el temporal financiando la factura con endeudamiento externo o la emisión de inorgánicos, pero luego de la tempestad venia la calma; en la actualidad este choque petrolero permanente deberá ser enfrentado con una política energética que trascienda varias administraciones dirigida a reducir nuestra vulnerabilidad frente a las importaciones de petróleo caro.

ranr14@hotmail.com

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