RAMÓN NÚÑEZ RAMÍREZ
A pesar del choque petrolero mas grave y duradero, a pesar de las incertidumbres internacionales por la crisis hipotecaria en los EU, la economía dominicana, que hace pocos meses superó la crisis mas grave en la historia reciente, mantiene un sólido crecimiento con estabilidad en los precios, gracias a una eficiente gestión macroeconómica que ha fortalecido la confianza de los agentes económicos y los sectores productivos.
La humanidad ha experimentado cuatro choques petroleros en las últimas cuatro décadas, dos de los cuales han ocurrido en administraciones del PRD y uno, el actual, el más grave y extenso, esta siendo sorteado con notable éxito por este gobierno ya que la economía mantiene la segunda tasa de crecimiento más alta del continente, con una inflación menor a un dígito.
Cuando los choques petroleros coinciden con administraciones incapaces, el impacto es mucho mayor y por ello el segundo choque del 1979, junto a un elevado endeudamiento externo y déficit fiscales, sentaron las bases para la crisis económica que se manifestó en una caída del PIB de 2.1% en el 1985 e inflación de 38.64% en el 1984 y 30.85% en el 1985.
En el pasado gobierno del PRD aconteció otro breve choque petrolero que elevó la factura en el 2000 a US$1,505.2 millones, pero esta se redujo en los tres años siguientes, manteniéndose en promedio en US$1,322 millones, equivalente al 5.5% del PIB, sin embargo los apologistas del endeudamiento externo de ese gobierno atribuyeron a ese factor, mas los atentados terroristas del 11 de septiembre, los causantes de la desaceleración del crecimiento experimentada a partir del 2001. Por supuesto faltaba lo peor y a una pésima gerencia macroeconómica, se sumaron quiebras bancarias fraudulentas, torpe e ilegal manejo de estas y finalmente el incumplimiento de las metas del programa con el FMI que representaba la única vía para estabilizar la economía.
A este gobierno peledeísta del Dr. Leonel Fernández le correspondió heredar esa crisis y en menos de un año, cumpliendo con una estricta disciplina fiscal y monetaria, respetando todos los compromisos asumidos frente a la comunidad internacional y recibiendo en consecuencia la confianza de los agentes económicos, logró frenar la inflación, estabilizar la tasa de cambio, renegociar los compromisos externos, hacer manejable el tema del cuasi fiscal, creando un escenario para el crecimiento de los sectores generadores de divisas (a excepción de las zonas francas por causas básicamente exógenos) la inversión extranjera y la afluencia de capitales desde el exterior.
A partir del 2005, tan pronto se producía la recuperación sostenida del paciente, comenzó la escalada alcista de los precios internacionales del petróleo que ha elevado la factura de US$1,667.7 millones en el 2004 a US$2,788 millones el pasado año y las proyecciones apuntan a una factura cercana a los US$3,300 millones en este 2007, equivalente a un 8.4% del PIB.
La recuperación del crecimiento con estabilidad en un plazo tan breve representa una proeza macroeconómica, pero el mantenimiento de un escenario idéntico a pesar del más grave choque petrolero representa también un logro que ninguna administración pasada puede acreditarse.
El comportamiento de la economía los dos años precedentes y los resultados en el período enero septiembre de este año revelan que hasta ahora los altos precios petroleros no han afectado los cimientos del proceso de crecimiento con estabilidad. El PIB mantuvo una tasa de crecimiento de 8.2%, la segunda mas elevada en toda la región, mientras la inflación acumulada fue de apenas 5.25%, de la cual casi la mitad se debe al incremento en los precios del petróleo.
Crecimiento que se refleja en un aumento de 24% en la inversión extranjera directa, alcanzando la suma de US$1,111 millones, mientras las exportaciones nacionales crecieron en 36.8%, para una cifra récord de US$1,954 millones, lo cual unido a los aportes del turismo, remesas y otros sectores, facilitó un saldo favorable de la Balanza de Pagos por un monto aproximado a los US$538 millones, lo cual permitió al BC aumentar sus reservas liquidas en esa misma magnitud para evitar una mayor apreciación del peso por la fuerte entrada de capitales.
La experiencia de cuatro choques petroleros y varios gobiernos revelan su elevado costo económico y social cuando la nación se encuentra en manos inexpertas y carentes de una visión de país, en contrario estos últimos meses comprueban la importancia de contar con un estadista experimentado, acompañado de un equipo económico diestro, para saber amortiguar el impacto de las adversidades provenientes de fenómenos externos.
Los electores el próximo 16 de mayo, con un escenario caracterizado por un choque petrolero de una duración indefinida, mas turbulencias financieras globales, tendrán la opción de decidir entre el mantenimiento del crecimiento con estabilidad, única vía de reducir la pobreza, o de colocar la nación en manos de los que en el pasado provocaron desempleo, recesión e hiperinflación.