Choques externos y manejo económico

Choques externos y manejo económico

RAMÓN NÚÑEZ RAMÍREZ
En momentos en los cuales la economía dominicana se enfrenta al choque petrolero más grave y duradero en la historia del crudo, mas las consecuencias imprevisibles de la crisis hipotecaria de los EU y la devaluación del dólar, es fundamental seguir contando con una administración comprometida con la estabilidad y beneficiaria de la confianza de los agentes económicos para mantener el crecimiento, la inversión y el flujo de capitales positivos.

 Cuando los choques petroleros han coincidido con malas administraciones en términos macro-económicos, como han sido en sentido general las tres del PRD, se acumulan desajustes capaces de provocar graves crisis económicas como la acontecida en la segunda administración del PRD; por el contrario cuando los choques externos actúan sobre economías manejadas con racionalidad y disciplina, con adecuadas reservas y altos niveles de confianza, como en la actualidad, es posible minimizar el impacto sobre los precios y el nivel del producto.

El primer choque petrolero del 1973 aconteció en el gobierno del doctor Balaguer y la economía no se resintió; el segundo choque en el 1978 afectó la primera administración del PRD y el epílogo de las dos primeras gestiones del partido blanco fueron una caída del PIB en 2.1% e inflación de 38.64% en el 1984 y de 30.85% en el 1985, las cuales provocaron desajustes sociales, pobreza y protestas que culminaron con la sangrienta poblada en abril del 1984.

En el pasado gobierno del PRD aconteció otro breve choque petrolero que elevó la factura en el 2000 a US$1,505.2 millones, pero ésta se redujo en los tres años siguientes, manteniéndose en promedio en US$1,322 millones, equivalente al 5.5% del PIB; sin embargo los asesores y voceros económicos atribuyeron a ese factor, más los atentados terroristas del 11 de septiembre, los causantes de la desaceleración del crecimiento experimentada a partir del 2001 y comenzaron a ensayar políticas expansivas mientras duplicaron la deuda externa. Primero rompieron el equilibrio macro-económico, perdieron la confianza de los agentes económicos, se inició la estampida de capitales y la “tapa al pomo” la pusieron quiebras bancarias fraudulentas, manejadas torpe e ilegalmente, y finalmente el incumplimiento de las metas del programa con el FMI que representaba la única vía para eliminar los desajustes.

La historia es demasiado reciente y no hay que abundar en la rápida recuperación lograda por este segundo gobierno peledeísta del doctor Leonel Fernández, gracias a una estricta disciplina económica y cumplimiento de todas las metas del programa con el FMI; recuperación caracterizada por altas tasas de crecimiento del PIB con estabilidad, que no se ha visto perturbado por el último choque petrolero verificado a partir del 2005, el cual ha provocado un incremento sostenido de la factura de US$1,667.7 millones en el 2004 a US$2,788 millones el pasado año, y las proyecciones apuntan a un gasto en petróleo y derivados por un monto cercano a los US$3,500 millones en este 2007, equivalente a un 8.6% del PIB.

El aumento de los precios internacionales del petróleo es un reflejo de diferentes factores como el incremento sostenido de la demanda mundial, oferta insuficiente de productos terminados ya que en los últimas décadas por razones medio-ambientales no fueron construidas suficientes refinerías, causas geo-políticas como la conflictiva situación en el Medio Oriente, también porque el petróleo se ha convertido en un bien especulativo en las bolsas de valores y más recientemente la devaluación del dólar que ha llevado la divisa norteamericana a su cotización histórica más baja (por ejemplo un euro=1.46 USD).

La devaluación del dólar es un reflejo del comportamiento de la economía norteamericana con sus inmensos déficit (presupuestario y comercial), la crisis hipotecaria, el aumento de la masa monetaria por la inyección de liquidez al sistema financiero y esa pérdida de valor del dólar nos resta competitividad frente a los Estados Unidos, en un momento de sobre-valoración de casi todas las monedas de la región, encarece nuestras importaciones de la zona euro y el Yen, aunque es posible el aumento de inversiones provenientes de Europa o el potencial incremento del número de turistas tipo «todo incluido» atraídos por menores costos relativos en la estadía aunque no en el costo de transportación afectado por el petróleo.

La economía dominicana hasta ahora ha podido absorber sin mayores consecuencias los elevados precios petroleros, pero es imprevisible el comportamiento futuro frente a un choque permanente, la crisis financiera global y la devaluación del dólar; por lo cual es fundamental contar con un gobierno experimentado en gerenciar exitosamente choques externos y crisis financieras, como ha demostrado esta administración, y, justamente, dentro de seis meses los ciudadanos y ciudadanas con su voto tendrán la oportunidad de elegir entre el mantenimiento de la estabilidad, el crecimiento, la confianza, la creación de empleos, representado por la continuidad de la presente gestión encabezada por el Dr. Leonel Fernández, o volver atrás, hacia los desajustes, la recesión, la devaluación y el desorden.

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