Chretien, nostálgico, deja gobierno Canadá

Chretien, nostálgico, deja gobierno Canadá

TORONTO (Canadá) (EFE).- Jean Chrétien cumplió ayer con «nostalgia» su último día como primer ministro de Canadá, un trabajo que ha mantenido durante los pasados 10 años y que cede el viernes, a regañadientes, a su antiguo ministro de Economía, Paul Martin.

«Estoy nostálgico. Han sido 40 años (en la política), 10 como primer ministro. Voy a echar de menos muchas cosas. Voy a echar de menos la prensa, lo crean o no», dijo ayer Chrétien cuando un periodista le preguntó cómo se sentía en su último día de trabajo.

El viernes, poco después de las 9.00 de la mañana (14.00 GMT), Chrétien se dirigirá a la residencia de la gobernadora general de Canadá, Adrienne Clarkson, y hará oficial su dimisión como el vigésimo primer ministro del país para dejar paso a Martin, su sucesor en el Partido Liberal.

«Todo tiene un final. Mañana (viernes) ya no seré primer ministro. La vida será preciosa», explicó Chrétien durante la rueda de prensa que siguió a una de sus últimas actividades como líder del país, una reunión con el primer ministro chino, Wen Jiabao, quien inició ayer una visita oficial de dos días a Canadá. Antes de decir su adiós definitivo, Chrétien lanzó dos advertencias.

«Tengo la intención de seguir activo», dijo Chrétien -uno de los políticos más veteranos entre los países industrializados- de quien se rumorea podría recibir algún tipo de puesto de gran importancia en las Naciones Unidas.

A pocos días de cumplir 70 años, Chrétien es bien conocido por presumir de su jovialidad y su buen estado físico.

Durante mucho tiempo mantuvo en su oficina una foto en la que se le ve saltando limpiamente una valla mientras que a su lado el ex presidente estadounidense, Bill Clinton, varios años más joven que él, tiene dificultades para rebasar el obstáculo.

Cuando se le preguntó qué hará si el nuevo primer ministro lleva al Partido Liberal demasiado hacia la derecha, Chrétien respondió: «Observaré desde mi casa y, como he prometido, no haré ningún comentario».

Dada la personalidad y carrera de Chrétien, eso va a ser más difícil, especialmente si Martin, quien dejó el gobierno en 2002 por sus desavenencias con el primer ministro respecto a la sucesión al frente del Partido Liberal, lleva a cabo una remodelación radical del gobierno, tal y como se anticipa.

A pocas horas de que Martin jure como primer ministro y anuncie su gabinete, todos dan por hecho en el Partido Liberal que pocas caras de la era Chrétien van a quedar en pie en el nuevo gobierno, quizás un máximo de dos o tres de los ministros actuales.

Pero Chrétien no es precisamente conocido por morderse la lengua o contener sus impulsos.

Por ejemplo, en febrero de 1996 se abalanzó al cuello de un individuo que se había plantado frente a él gritando contra los recortes en las prestaciones al desempleo y sólo la intervención de los guardaespaldas de Chrétien consiguió separarle del manifestante.

Quizás porque conoce su pasión por el mundo de la política, Chrétien reiteró que a partir del jueves se abstendrá de intervenir en la canadiense.

«Si estoy fuera (del gobierno), no tengo intención de comentar. No es mi problema», aseguró Chretién.

Quizás la última satisfacción como primer ministro la recibió hoy por la mañana y de la persona menos esperada: el presidente de Estados Unidos.

Bush, con quien ha mantenido una tensa relación -en la Casa Blanca se denomina a Chrétien como «el dinosaurio»-, le llamó a primera hora para felicitarle y, según dijo el propio mandatario canadiense «desearme buena suerte». EFE

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