Chuck Hagel y John Brennan: las dos cartas de Obama para la seguridad

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BBC Mundo. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció la nominación de Chuck Hagel al cargo de secretario de Defensa y de John Brennan como nuevo director de la Agencia Central de Inteligencia, CIA.

Ambos funcionarios deben ser confirmados por el Congreso.

La nominación de Hagel -exsenador y republicano moderado- ya provocó controversia entre los activistas proisraelíes, los defensores de los derechos de los homosexuales e incluso muchos dentro de su propio partido que cuestionan su idoneidad para el puesto.

Hagel, quien encabezaba hasta ahora la Junta Asesora de Inteligencia Exterior del Presidente, reemplazaría a Leon Panetta, quien ocupó el cargo desde julio de 2011.

En cuanto a Brennan, se cuestiona su relación con las técnicas de interrogatorio usadas durante el gobierno de George W. Bush, que algunos tildan de tortura.

Veterano de la CIA, Brennan participó en el planeamiento de la operación que terminó en la muerte de Osama Bin Laden.

Actual asesor el jefe de Obama en materia de contraterrorismo, Brennan reemplazaría al general David Petraeus, que renunció en noviembre tras admitir un romance con su biógrafa.

Hagel, repudiado por sus correligionarios. Chuck Hagel es un rebelde sin pelos en la lengua, exsenador por Nebraska y condecorado veterano de guerra. Para poder reemplazar a Panetta, el político de 66 años tendrá que someterse a un pugna en el Congreso.

Hagel trae consigo la experiencia militar de haber servido como líder de un escuadrón de infantería en la guerra de Vietnam, donde recibió varias condecoraciones, una de ellas por salvar la vida de su hermano. Aún le quedan fragmentos de esquirlas en el pecho.

Se dice que los horrores de la guerra formaron su visión de la acción militar como último recurso, a usarse sólo tras agotar todas las opciones diplomáticas.

Nacido en North Platte, Nebraska, Hagel creció en una familia pobre y comenzó a trabajar a los 9 años.

Al volver de Vietnam, tuvo varios empleos, incluido el de reportero de radio, antes de trabajar para un legislador por Nebraska.

Después de una temporada en el Departamento de Asuntos de los Veteranos de EE.UU., hizo fortuna en la incipiente industria de los teléfonos celulares.

Fue elegido al Senado en 1996 y en 2002.

Algunos republicanos no lo han perdonado por sus fuertes críticas al gobierno de George W. Bush durante de Irak.

Aunque votó a favor de la resolución que autorizaba el conflicto, se convirtió en un feroz crítico, calificando el manejo del esfuerzo militar por la Casa Blanca de «más allá de la lástima».

También llamó al aumento de tropas programado en 2006 «la torpeza de política exterior más peligrosa en este país desde Vietnam».

Las tensas relaciones de Hagel con la dirigencia republicana fueron vistas como una razón para su decisión para no postularse a la presidencia en 2008.

En el Senado, llegó a convertirse en presidente de un panel del comité de relaciones internacionales.

Ha criticado el progreso en Afganistán, así como el presupuesto del Departamento de Defensa, que tildó de «inflado».

Los legisladores más derechistas manifestaron su preocupación por la posición de Hagel ante Irán.

Desafió abiertamente la idea de un ataque militar conjunto de EE.UU. e Israel contra Irán y está dispuesto a incluir a ese país en conversaciones de paz para Afganistán.

También ha sido criticicado por decir que el «lobby judío» intimida a los legisladores en Washington.

El senador Lindsay Graham expresó que Hagel sería «el secretario de Defensa más antagónico hacia el estado de Israel en al historia de nuestra nación».

En la izquierda, lo han criticado por sus observaciones sobre James Hormel, el primer embajador estadounidense abiertamente gay, en 1998.

Hagel se opuso a su nombramiento a la embajada en Luxemburgo, llamándolo «agresivamente gay», aunque después se disculpó.

Al retirarse del Senado en 2009, se convirtió en presidente del Consejo Atlántico, un centro de estudios de Washington, y enseñó en la Escuela de Servicio Exterior de la Universidad de Georgetown.

Brennan y los aviones no tripulados. Integrante del círculo interior del presidente Obama y principal asesor en contraterrorismo, Brenan, de 57 años, jugó un papel crucial en la planificación de la incursión de mayo de 2011 que resultó en la muerte de Osama Bin Laden.

Si es confirmado por el Senado, Brennan reemplazará al general retirado David Petraeus en la dirección de la CIA.

Brennan es un veterano con 25 años en la agencia, donde desempeñó varios puestos, incluido jefe de estación en Arabia Saudita y subdirector ejecutivo durante el gobierno de Geroge W. Bush.

Algunos liberales cuestionan su participación en lo que el gobierno llamó «técnicas mejoradas de interrogatorio», consideradas por algunos como equivalentes a la tortura.

En 2008, Brennan fue supuestamente seleccionado para el máximo cargo en la CIA, pero retiró su nombre ante las críticas, mientras negaba estar vinculado a tales métodos.

Brennan dijo en una carta a Obama que había sido «un enérgido opositor a muchas de las políticas de Bush, como la guerra preventiva en Irak y las tácticas coercitivas de interrogatorio, que incluyen ahogamiento simulado».

Muchos analistas afirman que es improbable que se enfrente a tantas críticas esta vez. Pero su nombramiento podría redirigir las miradas a la política de aviones no tripulados del gobierno.

En abril, Brennan fue el primer miembro del gobierno en hacer comentarios públicos detallados reconociendo el uso de esas aeronaves para efectuar asesinatos selectivos.

Brennan argumentó ante un centro de estudios en Washington que los ataques en el exterior eran legales y protegían las vidas de ciudadanos estadounidenses.

Antes del anuncio, la Casa Blanca señaló que en los últimos cuatro años, Brennan ha trabajado de cerca con el presidente y ha participado «virtualmente en todos los principales asuntos de seguridad nacional y será capaz de asumir con rapidez el manejo de la CIA», según la revista

¿Rumbo a una colisión? El presidente se ha expuesto a otro encarnizado enfrentamiento con el Congreso, dice Mark Mardell, editor de la BBC para América del Norte. Ya va a chocar con los legisladores por el techo de la deuda y los gastos. Ha señalado que no esquivará una confrontación sobre las armas ni la inmigración. Ahora, sus nuevos elegidos para el gabinete implicarán un par de conflictivas audiencias de confirmación.

El designado como secretario de Defensa, Chuck Hagel, enfrenta un riesgo real de ser rechazado y le espera un camino difícil. Veterano condecorado de Vietnam, tiene aversión por la guerra y un punto de vista sobre Israel que no está a la altura de lo que muchos republicanos exigen.

Tampoco es que la elección de Obama para director de la CIA, John Brennan, vaya a pasar sin polémica, agrega Mardell. Ha sido el principal hombre del presidente en seguridad nacional desde 2008 y, con sus 25 años en la CIA, nadie duda de que sabe por donde ir.

Pero los liberales dicen que era demasiado cercano al gobierno de George W. Bush, particularmente por la inteligencia errónea que llevó a la guerra de Irak y la tortura de sospechosos de terrorismo. Sin embargo, cualquier contratiempo que tenga será menor en comparación con Hagel.

El exsenador republicano es un renegado para muchos en su propio partido. Se distanció de ellos en torno a la guerra de Irak. Fue acusado de antisemitismo por decir que «El lobby judío intimida a muchos aquí. Yo soy un senador de EE.UU., no de Israel».

He sido renuente a aplicar sanciones a Irán y a calificar a Hamas de grupo terrorista. Sus oponentes dicen que es «antiisraelí». Sus simpatizantes afirman que no es antiisraelí, sino que no apoya ciegamente las actuales políticas derechistas del gobierno. Por si no fuera suficiente, está en aprietos por sus comentarios antigay, aunque se haya disculpado.

Tal vez lo más significativo es que sería un líder de guerra a regañadientes. En 2006, dijo que emprender acciones militares contra Irán «no es una opción viable, factible, responsable». En 2002, hablando sobre Irak, expresó: «Muchos de quienes desean empujar al país a la guerra y piensan que será tan rápida y fácil no saben nada sobre la guerra. Vienen desde una perspectiva intelectual, no de haber estado sentados en selvas o trincheras y haber visto las cabezas de sus amigos explotar. Trato de hablar un poco por aquellos fantasmas del pasado».

Hay mucha tela que cortar por senadores antagónicos, en una atmósfera en la que algunos están decididos a bloquear al presidente como puedan, concluye Mardell.

Chuck Hagel en sus propias palabras: 

  • Sobre las sanciones a Irán: Aislar naciones es riesgoso… Las hace replegarse, y a sus ciudadanos susceptibles del alarmismo más demagógico.
  • Sobre la capacidad nuclear de Irán: Estos gobiernos, por más hostiles que puedan sernos, tienen cierta apreciación de los horrorosos resultados de una guerra nuclear y las consecuencias que sufrirían.
  • Sobre Naciones Unidas: la única organización internacional que puede ayudar a lograr el consenso indispensable para encontrar soluciones y resolver crisis.
  • Sobre el Pentágono: los presupuestos inflados y la falta de una supervisión y revisión efectiva son síntomas de una insuficiencia estructural más profunda de nuestra postura militar.

Del libro de Chuck Hagel de 2008, EE.UU.: Nuestro Próximo Capítulo.

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