Cuando de churros se habla, más de unos suspira ¡mmm! y es que este alimento, cuyo origen se sitúa en Europa, aunque no se tienen datos ciertos, hace la “boca agua” a cualquiera solo de verlos.
Aunque esta cultura gastronómica no es local, sí ha sido acogida por los dominicanos, incluso contamos con churrerías en distintos lugares de Santo Domingo y el interior donde se pueden saborear.
En esta historia sobre los churros, cuya receta típica y tradicional se prepara con una masa a base de harina de trigo, les sugerimos tres variedades que podrá preparar a su elección en casa para toda la familia y sorprenderlos.
El churro es un alimento muy popular en España, Portugal, Francia, América Latina, Filipinas, en algunas zonas de los Estados Unidos y México.
Su verdadero origen aún está por determinarse; mientras lo hacen, disfrute estas deliciosas recetas.
Receta
Churros tradicionales
250 ml de agua
225 gramos de harina
Una pizca de sal
Aceite de oliva virgen
Preparación. Tamizar la harina que para quitarle posibles grumos o impurezas. Poner a calentar en una sartén a fuego medio con agua y una pizca de sal, hasta que comience a hervir. Una vez que el agua empiece a hacer burbujas, ir añadiendo la harina poco a poco, sin retirar la sartén del fuego. Remover constantemente para que se forme una mezcla homogénea y sin grumos. Emplear para ello unas varillas de mano, ya que son ideales para ayudar a la integración de la harina. Una vez se tenga lista la masa, cuando al moverla se despegue de la sartén, déjela reposar y enfriar durante un buen rato. Cuando esté templada se comienza el proceso de elaboración de los churros. Se recomienda una churrera para la forma de los churros caseros, pero igual se podría utilizar una manga pastelera con una boca ancha. Cuando la masa esté fría, se pone en la churrera o la manga pastelera, y se pone a calentar una sartén con abundante aceite, preferiblemente de oliva. Cuando el aceite esté bien caliente (fundamental para que los churros queden bien fritos), ir formando los churros de la forma y tamaño deseada. Freír bien los churros hasta que estén dorados y crocantes e ir colocándolos sobre papel absorbente para retirar el exceso de aceite, escurrir bien y servir sin dejar que se enfríen. Pueden acompañarlos con un buen chocolate espeso o de agua si esta receta se sirve como desayuno o merienda.
Churros de papa
250 ml de agua
250 ml de leche entera
125 gramos de harina
125 gramos de copos de puré de papa
Aceite de oliva
Una pizca de sal
Preparación. Tamizar o cernir la harina para quitarle posibles grumos. Mezclar la harina con los copos para hacer puré de papa, y reservar. Poner a calentar una sartén con agua, junto con la leche, un poco de sal y un chorrito de aceite de oliva. Cuando comience a hervir, agregar la mezcla de harina y los copos para puré de papa, remover constantemente para que se integren bien todos los ingredientes. Dejar reposar la masa hasta que se enfríe. Cuando esté bien fría poner la masa en la churrera e ir formando los churros. Poner a calentar una sartén de tamaño adecuado con abundante aceite de oliva, y cuando esté bien caliente, ir echando a freír los churros con la forma y tamaño a su gusto.
Churros “light”
200 gramos de harina de quinoa
250 ml de agua
Un poco de sal fina
Aceite de oliva virgen
Un poco de esencia de vainilla
Un poco de edulcorante en polvo
Preparación. Tostar los granos de quinoa y cuando se abran, triturarlos (estos se consiguen preparados para más comodidad). Poner a calentar en una sartén amplia el agua con una cucharada de aceite de oliva, un poco de edulcorante en polvo, una pizca de sal fina y un poco de esencia de vainilla, mezclar bien y esperar que el agua hierva. Luego añadir la harina de quinoa, no de golpe, sino poco a poco, e ir removiendo cada vez se que agregue para que se integre bien. Dejar que la masa se enfríe y ponerla en la churrera para comenzar a hacer los churros “light”. Posteriormente, poner una sartén a calentar con abundante aceite de oliva y cuando el aceite esté bien caliente, comenzar a hacer los churros del tamaño y forma deseada. Freír bien hasta que se doren. Sacarlos y ponerlos sobre papel absorbente para que el aceite se escurra bien. Cuando todos estén fritos, servir de inmediato para que no se enfríen, ya que pierden su textura crocante. Se pueden comer solos o acompañados con chocolate o bañarlos con nutella.