por Jonathan Wheatley
corresponsal en Brasil
La nueva emisión de “bonos del Sur” que se lanzaba la noche del lunes parecía un producto derivado racionalizado y agresivo, bien diseñado, pero en realidad es un artilugio mucho más chapucero, destinado fundamentalmente a aliviar las crecientes presiones inflacionarias en Venezuela y darle a Hugo Chávez un importante apoyo político en la región. La nueva emisión de US$1,5 millardos del “bono” (la primera se hizo el año pasado) es en realidad un envoltorio que junta dos cantidades iguales de instrumentos muy diferentes.

Primero, están los bonos argentinos denominados en dólares estadounidenses -conocidos como Bodens-, que el gobierno de Venezuela ya compró y ahora está re-emitiendo para los inversionistas locales. Segundo, están otros en moneda local venezolana, de relativo bajo rendimiento, “títulos de interés y capital cubiertos”, indexados a la tasa de cambio oficial del bolívar que le aporta una protección a los inversionistas contra una devaluación futura. Los inversionistas locales tienen que comprarlos juntos, pero una vez que tienen el paquete son libres de venderlos por separado.

Para Venezuela, la nueva emisión le permitirá al gobierno vaciar algo de la liquidez del bolívar que ha estado respaldando recientes alzas en los precios. Con un gasto que está subiendo con rapidez, -Venezuela está inundada de liquidez, tanto que los precios -que están subiendo en una tasa anual de 18.4%- se dispararon 2% en enero.

Hay formas más fáciles y eficaces de sacar bolívares de la circulación. Venezuela, por ejemplo, pudiera lograr exactamente el mismo objetivo y mejorar el perfil de pagos de su deuda existente emitiendo deuda en dólares directamente.

Sin embargo, la belleza de este tipo de estructura -”Robinsonesca”, a lo Heath- es que le trae beneficios políticos al señor Chávez. Para Argentina uno de los costos del “default” de 2003 fue hacerle más difícil al país emitir deuda nueva en los mercados internacionales (cualquier emisión en Nu8eva Cork enfrentaría desafíos legales de los acreedores agraviados, por ejemplo). Venezuela está aliviando ese problema y posiblemente, al final, reduciendo sus costos de financiamiento. A cambio, se puede contar con que el siempre pragmático presidente Néstor Kirchner le dará apoyo moral al líder venezolano. (richard.lapper@ft.com)

…Y EN EL NORTE

Si la disputa de la semana pasada entre Costa Rica y Venezuela deja alguna lección, es que Hugo Chávez, el presidente de Venezuela está decidido a incrementar su influencia en la región y que Óscar Arias, su colega costarricense no es tan bueno negociando la paz como pensábamos.

Las razones de Chávez para reubicar la planta de aluminio de su país fuera de Costa Rica parecen estar muy claras: tienen muy poco, si es que tienen algo, que ver con consideraciones de índoles económica o técnica, y mucho con la política. CVG Alunasa, como se conoce la planta, produce productos de aluminio terminados y semi-terminados para uso industrial y doméstico. Es la única planta en su tipo en América Central y ha estado incrementando sostenidamente sus exportaciones en los últimos años. También ha estado mejorando su posición financiera y disfruta de una reputación sólida en la pequeña nación centroamericana.

Sin embargo, Chávez quiere extender su revolución bolivariana cuasi-socialista por la región, y hay países, como Nicaragua, por ejemplo, donde el impacto económico de CVG Alunasa podría devolver un retorno político mayor. Esta es la razón por la cual las críticas recientes de Arias a Chávez -al equiparar sus poderes de gobernar por decreto a los de un dictador- fueron tan imprudentes. Es una cosa disentir con el tipo de política izquierdista radical del líder venezolano. Pero como jefe de Estado de un país de la región, es otra muy diferentes decirlo públicamente.

Si no hubiera sido por los comentarios de Arias, lo más probable es que Chávez dejara las cosas como estaban. Pero Arias, quien como presidente de Costa Rica durante los años de 1980 ganó el premio Novel de la Paz por sus esfuerzos por buscar la paz den la región, no pudo resistirse a abrir la boca. El resultado neto es que no solo no ha ganando nada para su país, sino que  ya perdió también la presencia de una compañía que era el medio de vida de unas 400 familias en una parte empobrecida de la costa del Pacífico. (adamthomson.ftmexico@prodigy.net.mx)

BRASIL: DIVISIONES Y DEMORAS
El presidente Luis Ignacio Lula da Silva de Brasil parece que incumplirá con otra fecha tope auto-impuesta el viernes 2 de marzo, cuando dijo que nombraría a los ministros que integrarían su gobierno durante el segundo mandato de cuatro años, que ya está en marcha desde el 1 de enero.

Después de la incuestionable victoria en la reelección de octubre, Lula da Silva dijo que designaría a sus ministros a tiempo para su nueva toma del mando. Pero, después de asumir la dura tarea de compartir el poder entre los socios de su coalición en el Congreso, decidió aplazar el anuncio hasta después que los diputados federales y senadores eligieran los presidentes de ambas cámaras del Congreso el 1 de febrero.,

Su razonamiento fue que solo entonces el panorama político tomaría forma, después que dos candidatos pro-gobierno se postularon en la cámara baja, la elección se tornó agria y ha dejado a dos alas diferentes de la coalición enfrentadas. De ahí la segunda demora, hasta después del Carnaval la semana pasada, y ahora, hasta el 2 de marzo. Sin embargo, informes de la prensa insinúan que es probable que se produzca un cuarto aplazamiento, hasta después de la Convención nacional del 11 de marzo del oportunista PMDB -el mayor partido en el congreso y, supuestamente, la pieza clave de la gobernabilidad durante el segundo periodo de Lula da silva.

Pero el PMDB está notablemente fraccionado y sus divisiones internas, además de las de los partidos de la coalición, son están exacerbando las dificultades del presidente. Mientras tanto, varios ministros están jugando en el agua (algunos, literalmente, en los días de fiesta), mientras esperan a ver si todavía tienen trabajo. Pero si el segundo mandato de Lula es para cumplir su promesa de un crecimiento anual de 5%, es mejor que eche a andar. (jonathan.wheatley@ft.com)

COBRAN FORMA LAS ELECCIONES EN ARGENTINA
Poco a poco, las elecciones presidenciales de Argentina están cobrando forma. No serán hasta octubre, pero ya uno de los principales candidatos de la oposición, Mauricio Macri, salió de la carrera, dejando el terreno más despejado para otros retadores que desafían el aparentemente inconmovible respaldo del presidente Néstor Kirchner.

La decisión de Jorge Telerman, el alcalde de Buenos Aires de convocar elecciones municipales tempranas el 3 de junio obligó a una decisión rápida por parte de Macri, el presidente del club de fútbol Boca Juniors. Macri había estado deliberando si quedarse en su terreno en Buenos Aires, donde cuenta con un fuerte apoyo, o jugar a lo grande y postularse para presidente. Cuando la presión se convirtió en empujón, parece que Macri optó por correr suerte en Buenos Aires.

Esta es una Buena noticia para la oposición, que necesita demostrar un respaldo unido a un candidato único, si quiere tener alguna posibilidad de plantear una pelea. Tiene un candidato fuerte en Roberto Lavagna el ex ministro de Economía de Kirchner, que fue relevado del cargo hace más de un año. Pero hasta a él le resultará difícil derrotar a la administración actual, que está disfrutando de altas tasas de aprobación en las encuestas gracias al auge de la economía.

No obstante, todavía hay un elemento desconocido significativo: Qué candidato va a presentar el propio gobierno. Las encuestas recientes indican que Kirchner, el presidente, si se postula, ganaría con facilidad. Pero abundan rumores -frecuentemente, y un tanto maliciosos, estimulados por el propio Kirchner- de que su esposa, la poderosa senadora Cristina Fernández de Kirchner pudiera postularse en su lugar.

Los analistas creen que el gobierno esperará hasta el último momento para decidirse. Si el apoyo a Fernández parece suficientemente alto para ganar fácil las elecciones en la primera ronda -no está claro todavía, aunque disfruta tasas mucho más favorables que cualquier candidato de la oposición-, entonces el gobierno la presentaría. Esto pudiera hacer de las elecciones un espectáculo mejor para los espectadores, pero por el momento las expectativas de Lavagna siguen siendo bastante escasas.(benedict.mander@ftargentina.com.ar)
VERSION IVAN PEREZ CARRION