Chávez logra victoria pero no todos comparten su sueño

<p>Chávez logra victoria pero no todos comparten su sueño</p>

Los moderados puede que estén avanzando en Venezuela, escriben Andy Webb-Vidal y Richard Lapper
Un triunfante Hugo Chávez no dejó dudas entre sus partidarios sobre sus intenciones después de una victoria arrasadora. Al dirigirse a miles de seguidores jubilosos desde el balcón del Palacio de Miraflores en Caracas, el ex militar dijo que el resultado marca el comienzo de “una nueva era, un punto de partida y punto de avance, La línea estratégica fundamental es profundiza y ampliar la Revolución Bolivariana hacia el socialismo”.

De confirmarse los resultados finales, el margen de la victoria de 23 puntos sobre Manuel Rosales, un moderado, sería mayor que el que logró Chávez en las tres contiendas electorales anteriores más importantes que ha peleado y ganado: las elecciones de 1998, la reelección de 2000 y el referendo revocatorio de 2004.

Parece que fuera un mandato para el cambio radical y Chávez, al dedicar su victoria a Fidel Castro, en convaleciente líder cubano, describió el resultado como “una derrota para el imperio del señor Peligro”, su descripción favorita del presidente de Estados Unidos.

Pero Chávez, cuyo nuevo mandato hasta 2013, si lo completa, llevaría el total de su periodo de gobierno del quinto país exportador de petróleo a 14 años, se enfrenta a una serie de obstáculos importantes para imponer los cambios.

La corrupción entre sus aliados es uno de ellos, problema que provoca una preocupación que crece, según revelan los sondeos de opinión. “Ahora tenemos que redoblar nuestra batalla contra la contrarrevolución que es la burocracia y la corrupción; necesitamos una nueva y verdadera moral bolivariana”, dijo.

Además, por mucho que a Chávez le gustaría, Venezuela no es Cuba.

Los venezolanos están acostumbrados, y defienden vigorosamente las libertades típicas de la democracia representativa. Venezuela, se pude decir, es una de las culturas más pro-EEUU de América Latina.

Muchos venezolanos están más obsesionados con el beisbol que con el “bolivariamismo”. Los altos precios del petróleo, los grandes aumentos en el gasto del gobierno y un alza en el préstamo bancario significan que Venezuela entró durante la campaña electoral en medio de un “boom” del gasto de los consumidores, creando un entorno económico que no pudiera ser más diferente que la austeridad del socialismo al estilo cubano.  .

Cualquiera sean sus compromisos con Chávez, los partidarios del gobierno parecen tener poca paciencia por el tipo de compromiso ideológico que los médicos voluntarios cubanos despliegan de manera rutinaria en sus cargos en el extranjero.

Mientras que los 20,000 cubanos que han trabajado  en las “misiones” -los programas sociales que han calzado la popularidad de Chávez- viven entre los carentes de pribilegios de Caracas y otras ciudades, los médicos venezolanos que aprenden las mismas técnicas de medicina social, aparentemente no están dispuestos a seguirlos. “Ellos quieren que vivamos en los barrios, pero les dijimos que eso no va a ocurrir. Tenemos nuestros hogares propios”, dijo un médico venezolano.

Los sondeos tienden a confirmar lo anterior. Una encuesta de Datanálisis, una firma de investigación de mercado basada en Caracas, encontró el año pasado que menos del 12% de los venezolanos están a favor de la introducción de un sistema político al estilo cubano, mientras que dos terceras partes de los participantes se oponen al modelo cubano.

Todo esto indica que los esfuerzos de Chávez por continuar adelante con una reforma radical a la constitución que le permitiera un número indefinido de re-elecciones, y mantenerse en el poder hasta la próxima década y más allá, bien pudiera encontrar alguna resistencia entre los partidarios del gobierno.

Por eso, probablemente su interés estaría en establecer un partido único, revolucionario, con el fin de unificar y disciplinar las diversas facciones políticas que han apoyado a Chávez hasta la fecha. En particular, una clase nueva y cada vez más poderosa de los negocios que ha surgido aliada al gobierno pudiera no estar a tono con los ideólogos más izquierdistas.

Mientras tanto, la rápida decisión de Rosales de aceptar la derrota en las elecciones del domingo marca una alejamiento importante del liderazgo anterior, más radical del dispar movimiento de oposición. El cambio sutil, pero significativo, sugiere que los moderados como el principal estratega de la campaña de Rosales, Teodoro Petkoff, un ex guerrillero izquierdista, pero político centrista ahora, ha ganado la mano dentro de las filas de la oposición.

Rosales enfrenta un reto formidable en la construcción de una alternativa viable en los meses próximos, y en mantener unida una oposición que como resultado de la decisión de abstenerse en las elecciones legislativas del año pasado, carece de representación en las instituciones públicas, como la Asamblea Nacional. Su posición opositora moderada, sin embargo, pudiera recibir una calurosa acogida dentro de las filas del gobierno.

En una columna reciente del periódico pro-Chávez Vea, “Marciano”, el seudónimo de José Vicente Rangel, el vicepresidente de Venezuela, indicó que el gobierno está dispuesto a ampliar la muy necesaria conciliación. “La facción de la oposición que reaccionó en forma sensata a su derrota y demostró su vocación democrática debería ser tomada en consideración”, escribió. “Chávez necesita interlocutores más allá del Chanvismo”.

VERSION IVAN PEREZ CARRION

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