Los delitos evolucionan, se innovan, pierden fronteras. No hay que forzar cerraduras, desactivar alarmas, incurrir en robo con escalamiento. Bastan unos cuantos clic, y ¡te desbancan! Los ladrones cibernéticos pueden invadir tu casa o la empresa, usurpar tu identidad, husmear en tus finanzas, “hackear” la cuenta bancaria, violar tu privacidad.
Navegantes anónimos invaden la red y en República Dominicana y el mundo son cada vez mayores las víctimas de fraudes electrónicos, practicados localmente o desde el exterior.
Con la sofisticación tecnológica, los piratas informáticos adquieren recursos ilimitados que obligan a estar alertas a estafas bancarias, fraudes en el comercio electrónico, diversos delitos que lucran a estos delincuentes al apropiarse de datos personales y bancarios, acceder a cámaras de seguridad, a ordenadores y otros dispositivos conectados a la red.
Sin fronteras. Los crímenes de alta tecnología se internacionalizan, están al acecho y es preciso blindar el espacio cibernético. El acceso de los “hackers” a la tecnológica de punta quita barreras, abre grietas a la seguridad de las bases de datos.
La falta de previsión y de información nos hace vulnerables a estos crímenes, protagonizados principalmente por jóvenes dominicanos y extranjeros.
En forma individual o constituidos en bandas, clonan tarjetas de crédito, violan información confidencial, acceden a contratos, operaciones bancarias, números de tarjetas, usurpan identidades para un préstamo o sustraer dinero de una cuenta por call center.
El Departamento de Investigación de Crímenes y Delitos de Alta Tecnología (Dicat) de la Policía, alertó a mediados de 2016 sobre la presencia en el país de bandas de extranjeros que traen avanzadas tecnologías para robar identidades, clonar tarjetas créditos en las zonas turísticas dominicanas.
Algunas de esas mafias internacionales han sido descubiertas por las autoridades, como la integrada por húngaros, colombianos, venezolanos y de otras nacionalidades que llegaron como turistas y se instalaron en Bávaro, Puerto Plata, Verón y Cabarete.
Ingeniería social. Expertos advierten que la técnica más utilizada para captar información personal y bancaria, cuentas de correo electrónico y de redes sociales es el método denominado “ingeniería social”, que va más allá de las técnicas del hardware o del software. Consiste en obtener información confidencial con la manipulación de usuarios legítimos; recolectar información vital con mentiras y engaños.
Esos especialistas se fundamentan en que muchas veces son las personas y no las tecnologías quienes presentan el punto débil en la seguridad de una compañía o una plataforma.
Muchos fraudes en la plataforma móvil se basan en la ingeniería social, a través del envío de mensajes de texto para que el usuario interactúe. Con la migración de la banca hacia plataformas móviles se prevé un auge de virus que se alojan en teléfonos inteligentes.
Lo predominante en el país es la clonación de tarjetas de crédito y el “p h i s h i n g” (pesca) o usurpación de identidad en redes sociales y bancarias, para extorsionar o hacer transferencias electrónicas ilícitas, además de “crackear” correos electrónicos inoculando virus informáticos.
Al atacar la base de datos de los bancos, roban los números las tarjetas de crédito, que copian en una banda magnética y los llevan a una nueva tarjeta fabricada por los falsificadores en sus laboratorios.
Asimismo, cometen delitos a través de falsas páginas de Internet diseñadas para robar números de tarjetas de crédito, información personal, contraseñas, datos de cuentas, entre otros ataques en línea:
Violación de derechos de autor, falsas loterías, injurias, amenazas, extorsiones, pornografía y explotación sexual infantil. Son presas fáciles quienes se conectan sin antivirus, comparten información personal o bancaria, passwords o fotos que permiten ubicarlos.
Ciberseguridad. En respuesta a los delitos informáticos, el sistema financiero nacional refuerza la aplicación de medidas de protección contra fraudes bancarios, los contrarresta con nuevas tecnologías, invierte en seguridad para proteger los datos su cartera clientes.
No obstante, los riesgos obligan a estar alertas frente a los ciberdelitos, con mayor incidencia en clientes de entidades financieras, un 80% de los casos: clonación de tarjetas de crédito, hackeo en sitios en la web y cuentas bancarias, transferencia de fondos, estafas en el comercio en línea.
Pese a la supervisión de la banca y sus controles internos se registran estafas onerosas. Además del gasto en seguridad, sufre pérdidas con la devolución del dinero robado a clientes. Se estima deben reponer al usuario afectado cerca del 50% del total del fraude con su tarjetas crédito.
El mercado financiero local ha avanzado en el uso de tarjetas de crédito y débito con chip, que reducen sustancialmente la clonación, evitan fraudes en perjuicio de la banca y sus clientes. Además de seguridad, este dispositivo aporta numerosas ventajas con respecto a las tarjetas de banda magnética.
Evitan que sus clientes tengan almacenados los números de las tarjetas, de modo que esa información no pueda ser descifrada. Aplican el método de encriptación, que hace ilegible la información a alguien que entre al sistema no puede leerlos.
Mas, los delitos persisten, intensificándose la guerra cibernética entre empresas encargadas de desarrollar medidas de seguridad y las bandas organizadas que utilizan tecnología de última generación en sus fraudes financieros.