Una frase memorable sobre la bicicleta es la de la escritora irlandesa Iris Murdoch: “El medio de transporte más civilizado que ha conocido la humanidad.”
Todavía falta un buen trecho en nuestro país para que tengamos un sistema y una política nacional de transporte civilizado, que le dé la prioridad absoluta, primero al peatón, en segundo lugar, a la bicicleta, después al transporte público colectivo (autobús, metro), y en último lugar, al carro privado o motocicleta.
Países como Alemania, Holanda y Dinamarca tienen este orden de prioridad para beneficio de la salud pública, el medio ambiente y de la movilidad urbana e interurbana en sus comunidades.
En nuestro país el orden de prioridades en el diseño y construcción de nuestras ciudades y carreteras es al revés: el carro individual privado es el rey. Una de las vías de transformación de este status quo es una Estrategia Estatal de la Bicicleta, que sea integrada a la Estrategia Nacional de Desarrollo 2030 (Ley 1-12).
Un fenómeno que ha sido más notorio durante la pandemia es el auge del ciclismo femenino deportivo dominicano en todas sus modalidades.
Especialmente ciclismo de montaña (MTB) y, en menor medida, el ciclismo de ruta. Dado que no hay una encuesta nacional, he consultado a los dirigentes provinciales y amigos ciclistas, y por este sondeo he llegado al siguiente diagnóstico.
Hay aproximadamente 300 ciclistas femeninas en todo el país afiliadas a los más de 100 clubes y equipos de ciclismo. Estos últimos eligen los directivos de las asociaciones provinciales de ciclismo, cuya asamblea, cada cuatro años, a su vez elige la directiva de la Federación Dominicana de Ciclismo. De estas afiliadas, unas 50 ciclistas femeninas son competidoras con carnet que avala la Unión Ciclista Internacional, de las cuales 15 compiten en carreras de ciclismo de ruta y 35 en careras de ciclismo de montaña.
Por otro lado, unas 439 ciclistas femeninas no están afiliadas a ningún club, son ciclistas paseantes y no compiten. Eso no significa que no sean ciclistas, pues defino el ciclista en general como aquel que sale a montar, en promedio, por lo menos una vez a la semana y que pedalea mínimo de 3 a 5 horas a la semana. Por lo que de un total de 739 ciclistas 581 son de bicicletas todoterreno y 158 son de ciclismo de ruta.
Para el fortalecimiento del ciclismo femenino deportivo tengo las siguientes propuestas:
1) Educación pública a nivel primario e intermedio del uso y los beneficios de montar en bicicleta;
2) Organización de más paseos, marchas o fondos por parte de los clubes, tiendas, etc.
Esos eventos deben tener por finalidad la integración familiar y por tanto, deben atraer a principiantes por lo que tanto la distancia como el grado de dificultad debe ser moderado, por ejemplo, un tope máximo de160 km y velocidad media controlada de 25 km/h;
3) Incorporar a la temporada de competencias dos o tres carreras clásicas solo para féminas (elites, juveniles y master), con el nombre de grandes ciclistas dominicanas como Juana Fernández e Hilda Castillo, y Triple 100 Femenino;
4) Vuelta Independencia Nacional de Ciclismo Femenino con categoría UCI 2;
5) Cuota obligatoria de un 33% de mujeres en las directivas de la FEDOCI y las asociaciones provinciales de ciclismo;
6) Reintegrar la categoría femenina en las competencias de ciclismo de los Juegos Militares, y
7) Finalmente, a los hombres, que no solamente estimulemos a nuestras compañeras y amigas al ciclismo, sino que también nos conduzcamos con respeto hacia ellas en la carretera y el trillo.
Medio transporte más civilizado que ha conocido la humanidad
Unas 439 ciclistas femeninas no están afiliadas a ningún club
Un fenómeno durante pandemia: el auge del ciclismo femenino