Ciclo crucial PLD-Leonel

Ciclo crucial PLD-Leonel

UBI RIVAS
El 16 del presente mes de agosto se inició un ciclo crucial para el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), cuando asumió el pleno control del Congreso, equivale a expresar que en lo sucesivo no tendrá ninguna excusa ni justificación para impulsar las reformas y las urgencias más apremiantes que reclama la sociedad dominicana.

De ninguna manera nadie, en su sano juicio ni sin pecar ser injusto, podría exigir al presidente Leonel Fernández, el único líder político hoy por hoy en el escenario vernáculo, que conjure y/o supere las ancestrales dificultades y escollos que traban el pleno desarrollo económico, político y social que nos define plenamente como un conglomerado subdesarrollado.

Empero, la sociedad dominicana sí exige del presidente Fernández que inicie con demostrada percepción por todos, de los graves retos que cuestionan su regencia y/o administración, definidos en la grave corrupción omnipresente siempre, la asfixiante haitianización que nos desborda, el crimen cada vez más osado y creciente, el déficit cuasifiscal aún irresuelto, la eterna crisis energética, el deterioro progresivo y peligroso del medioambiente y finalmente las alternativas energéticas inaplazables.

Es evidente que todo ese fardo de graves retos y enormes dificultades, repito, no es justo ni comprensible que el presidente Leonel, como destaca entre todos el influyente y tímido Danilo Medina, lo supere, pero sí insisto, en que la ciudadanía perciba que inicia el programa para superarlos con todos los resortes de poder que el PLD tiene a su dominio y el respaldo de la ciudadanía que aspira esas metas.

Cierto que ronda un factor imponderable, externo o exógeno como se expresan los economistas versados, y es el constante vaivén de los precios de los combustibles, el petróleo del que fija su valor el mercado spot de Nueva York.

En 24 meses de su segunda administración, el presidente Leonel sólo ha obtenido y mostrado al país un solo logro señero en controlar la prima del dólar en 32×1 cuando la recibió al 55×1, pero nada más.

Hay un programa de ayuda social, una especie de wal-fare que el presidente Leonel percibió en sus años de adolescente cuando cursó secundaria en La Gran Manzana, que es como una aspirina para un cáncer, pero programa social al fin, carnetizado, para que no se repita la tragedia del PEME.

El país se prepara lo máximo para ingresar al DR-CAFTA con Estados Unidos este año, luego de dos postergaciones, enero y julio, presumiéndose que finalmente que inclusive podría postergarse un poco más hasta que algunos intereses se acoplen, sin prisa, recordando que Colombia firmó su TLC-USA luego de 21 meses de espera en un comercio que involucra US$8.5 millardos.

El DR-CAFTA nos obligará a disciplinarnos y a la postre, arreglando la carga en el camino, saldremos gananciosos y modernos, es el criterio socorrido de los economistas sin aspavientos ni adocenamientos.

El PLD no debe, ni puede, ni la sociedad dominicana lo tolerará, obviar las graves responsabilidades en retos que le cuestionan, porque además de todos los resortes que acciona, más el respaldo popular, los peledeístas se ufanan en ser diferentes a los otros dos partidos políticos en eficiencia, honestidad y altura de miras, conforme al cosmos de su gran líder y maestro, profesor Juan Bosch.

Es decir, que al PLD no le es permitido fracasar, demostrar incapacidad ante los cuestionamientos que tratamos, porque entonces, la partidocracia, que en el PLD conjuga la tercera, que es la vencida, fracasará, y el país se agenciará de un hombre nuevo que concretice todo cuanto le apremia y que los partidos tradicionales son evidentemente incapaces de proporcionarles.

Ese, no otro, es el quid de la cuestión. El to be or no to be.

No habrá excusas. Tampoco más plazos ni chances.

Y el hombre nuevo está ahí, igual que en 1928.

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