CICLO DE CINE CLÁSICO Orson Welles Director y actor, desde segunda casa o el descubrimiento del Quijote Welles

CICLO DE CINE CLÁSICO Orson Welles Director y actor, desde segunda casa o el descubrimiento del Quijote Welles

Para conmemorar antes que el 2015 nos deje el nacimiento de este genio desafiante e irreverente, hace 100 años, Segunda Casa que ya nos había sorprendido con la Retrospectiva fabulosa de Ernst Lubitsch a todo lo largo de septiembre y octubre de este 2015 que casi se va ofrece un gran ciclo de Cine Clásico dedicado a los 100 años de Orson Welles.

Creo de este ciclo al margen de la importancia de haberlo organizado por fechas, es decir este ciclo Orsowelliano, corto para la obra de Welles, está confeccionado en función de los años de producción de las películas, lo que permitirá volver a ver a mirar con encanto y embeleso, esas películas claves de su accidentada filmografía del exquisito y maldito director de cine. Exquisito porque lo fue, porque así lo sigue demostrando su cine, en su lucha denodada contra los años y los escondites oscuros, por donde como un rastro indeleble, ha dejado un testamento escondido de celuloide y esfuerzo. Maldito, porque sigue siendo en mucho tiempo, uno de los directores del cine norteamericano de época que ha mostrado con sus cintas una lucidez extrema, tan extrema, que ante los productores se convertía en un director maldito, aquel que sabía lo que añoraba decir, aquel que tenía una mirada desconfiada de Hollywood, aquel lugar del que era y no era, aquel lugar que antes morir se vio en la urgente necesidad de reconocerle, a pesar de todo: pese a maldito, su talento era insuperable. Por algo ha quedado en la historia mundial del cine, como lo que es per secula seculorum: un ícono espectacular, reverenciado.
El Quijote de Orson Welles, desde 1955 hasta el 1995. Como las bellas historias perdidas y encontradas, la del Quijote de Welles, que se podrá ver en este ciclo de cine clásico dedicado a Orson Welles, es única e interesante.

Orson Welles siempre fue un nostálgico de España, más que un hispanófilo perdido, en todo caso fue un admirador o como dirían en España a un fanático de algo: Welles fue un verdadero forofo de España, por esa razón le encontramos en frecuentes viajes y proyectos fílmicos como la gran excusa con su oficio por el medio, para estar en España, donde hizo grandes amigos del medio de producción de cine, tales como Jesús Franco y Juan Cobos. Con ellos contaba para montar sus producciones allí, tales como Campanada a Media Noche (1964-1965 Trilogía Shakespiriana) F de Falso (1973), pero esta historia tiene cosas más interesante aún, Orson Welles con 17 años llegó en 1932 a un barrio de Sevilla llamado Triana.

Ahí nació su gusto por la tauromaquia, porque se dice que entonces toreaba y se hacía llamar El Americano, como torero.

Ese amor por España lo llevó a Barcelona en 1954 para rodar Mister Arkadin (1955) como se puede observar todo en Welles era un gran pretexto para estar en España. Busca dinero de otras producciones, lo hacía con frecuencia con el dinero de las televisoras europeas: la RAI de Italia y la BBC de Inglaterra, a las que logró vender varios proyectos, uno de ellos la historia de los vascos. De igual modo, la RAI le había contratado para un tema de El Quijote titulado Nella terra di don Chisciotte (En la Tierra de Don Quijote). Su proyecto de cultura y viajes por el mundo ayudaba a financiar sus largas estancias en España, sus pantagruélicas comidas y su ilusión de haber encontrado un paraíso posible de big cigar, amigos y costumbres para el exóticas y adorables.

Para coronar, fue Orson Welles quien puso su voz al servicio de un documental que apoyaba a los Republicanos, titulado Tierra de España en 1937, narración que hizo a petición Ernest Hemingway. En ese mismo documental se pueden escuchar las voces del mismo Hemingway y Dolores Ibarruri, La Pasionaria y el gran director de la Gran Ilusión (1937) Jean Renoir, haría la versión francesa con su voz.

Todo ello explica, entonces, ese gran fervor de Orson Welles por su versión de El Quijote, cuyo rodaje había comenzado en 1955 y estuvo suspirando por el montaje del mismo, hasta su muerte en 1985.

Fascinado por la obra cumbre de Don Miguel Cervantes y Saavedra, Orson Welles se propone hacer un trabajo para televisión llegando a un acuerdo entonces con CBS, bajo el título original en inglés de Don Quixote Passes By. Entrevistado por Peter Boganovich, director y cronista de cine norteamericano, Orson Welles deja claro por qué le interesa El Quijote de Cervantes: «What interests me is the idea of these dated old virtues» (Lo que me interesa a mí, es la idea de las viejas virtudes). Seguía diciendo Welles: «My film demonstrates that he and Sancho Panza are eternal» (Mi película demuestra que El Quijote -«he»- y Sancho Panza son eternos).

Obsesionado, emprendedor, Welles mira al futuro proyecto y recurre a un viejo amigo, de esos que eran coetáneos cuando empezaban en Hollywood, Frank Sinatra, quien invierte 25 mil dólares de entonces, en el naciente proyecto, el que fuera de su vida entera.

El tiempo transcurre, el actor que hace de Don Quijote de la Mancha es un exilado español refugiado en México, Francisco Regueira, a quien hubo que filmar fuera de España, un actor ruso, Akim Tamiroff, actor de Welles en otras películas que hace de Sancho Panza.

En 1990 el productor español Patxi Irigoyen y el director Jesús Franco, Orwellianos de corazón, o lo que es lo mismo Masones Welles, adquieren los derechos de todo el material disperso de esta obra no acabada de Orson Welles y deciden montarla para la posteridad o en todo caso, tratar de darle un sentido a lo Orson Welles, pero sin Welles vivo y dirigiendo el montaje. Jesús Franco había sido ayudante de Welles en Campanadas de medianoche (1965). Welles conocía la obra de Jesús Franco.

El resultado ha sido más conmemorativo y de homenaje, porque es muy difícil sin Welles darle forma a un material tan intenso. La propia mujer de Welles que aparece en la película y tiene una pelea desde una vespa con el Quijote en una carretera, tenía parte de ese material, Oja Kodar y terminó cediendo los derechos del mismo, para que esta obra se estrenara finalmente en el año 1995.
Este ciclo de cine Clásico de Orson Welles tiene otras cintas de gran interés. (CFE)

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