Ciclo de Cine de Taiwán esta noche

Ciclo de Cine de Taiwán esta noche

POR JORGE RAMOS C.
En el marco de la Muestra Internacional de Cine de Santo Domingo, que concluye el sábado, inicia a las 7:30 de esta noche el Ciclo de Cine Clásico de Taiwán, con la película “La posada del dragón”.

La Embajada de la República de China (Taiwán) informó que las proyecciones se realizarán en el Palacio del Cine de Bella Vista Mall con largometrajes como “Adiós querida”, “Dulce hogar”, “Ejecución en Otoño”, “El hombre sandwich” y “La flor roja en la nieve”.

También se exhibirán las cintas “La historia de mi madre”, “La princesa del abanico de hierro”, “Nuestro vecino” y “Rebeldes del dios neón”.

Eduardo Chen, embajador de Taiwán, pronunciará las palabras de bienvenida a este Ciclo del séptimo arte organizado por el cuerpo diplomático del hermano país, la Cinemateca Dominicana y la Muestra de Cine que dirige Arturo Rodríguez Fernández, como forma de fortalecer el intercambio cultural entre países como   China y República Dominicana.

Estas películas ofrecen una visión sobre la historia taiwanesa y reflejan de forma realista las estructuras sociales, la fibra cultural y las costumbres de la vida diaria de Taiwán, así como un enfoque acerca del aislamiento urbano y la alineación en Taipei.

EL CINE TAWANÉS

Las películas son el embajador cultural ideal. Durante los años ochenta, los cineastas de Taiwán comenzaron a llevar sus rollos de celuloide a los festivales de cine en el extranjero; a Kuala Lumpur, Tokio y Seúl en Asia; a Venecia, Berlín, Cannes y Rótterdam en Europa; así como a otros premios en festivales de gran y pequeña magnitud, dando mucho renombre a Taiwán.

Estos largometrajes ofrecieron al público extranjero la visión de Hou Hsiaohsien sobre la historia taiwanesa; las interpretaciones de Wang Tung respecto a la determinación y el deseo de vivir de la gente común; el enfoque  tierno de Ang Lee relativo a lo que no se habla en las relaciones familiares tradicionales y sobre el espíritu ancestral de los artistas marciales chinos.

Mientras unos artistas de Taiwán destacaban entre las luminarias de la escena fílmica internacional, otros cineastas en la isla se encontraban produciendo obras de gran calidad, como por ejemplo: los recuerdos de Wu Nien-chen respecto a su padre, quien era un amante de la cultura japonesa; el experimento de Lai Sheng-chuan por trasladar el teatro vanguardista a la pantalla grande; el análisis de Wan Jen sobre la vida de la clase baja que irrumpe en el comentario social, y la apasionada exploración de la vida realizada por Wang Hsiao-li desde la perspectiva   inocente de un niño.

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